“En Misiones estamos progresivamente cambiando nuestra percepción sobre este recurso: de una sobrevaloración de su oferta fundamentada en abundantes precipitaciones anuales y una buena distribución mensual, pasamos a preocuparnos por la escasez de agua que, año tras año a lo largo de la última década y en los meses de verano, condiciona el abastecimiento a importantes localidades del interior, produce daños a la producción y afecta la calidad de vida de la familias rurales”, reflexionó el investigador Enrique Gandolla.
Por Patricia Escobar
MISIONES (12/8/2013).- El investigador Enrique Gandolla, ingeniero en Recursos Hídricos y especialista en Gestión Ambiental, se refirió al uso del agua en las actividades productivas en Misiones y realizó aportes técnicos tras el Seminario organizado por ArgentinaForestal.com y la Fundación Ambiente y Desarrollo el pasado mes de junio. “No es ninguna novedad que el agua es un recurso estratégico imprescindible para la vida humana, para el desarrollo de las actividades económicas y para el sostenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad de los cuales dependemos todos, pero quiero expresar mis felicitaciones a los organizadores del Seminario sobre Utilización del agua y Plantaciones forestales. En primer lugar por haber tenido la iniciativa de traer este importante tema a la agenda de discusiones del sector forestal; y también, por haber logrado los apoyos necesarios para concretar el encuentro con exposiciones esclarecedoras”, dijo Gandolla.
Consideró que se daría un “paso enorme” si cada sector de las actividades (agrícolas, forestales, ganaderas, de la generación de energía, de las obras de infraestructura, de la industria, etcétera) se predispusiera a revisar sus propios criterios de sustentabilidad ambiental con transparencia, participación y en base a información científica. “Al no hacerlo se profundizan los problemas y retardan las posibles soluciones”, remarcó el profesional.
Entrando en la problemática del agua, indicó que “en Misiones estamos progresivamente cambiando nuestra percepción sobre este recurso: de una sobrevaloración de su oferta fundamentada en abundantes precipitaciones anuales y una buena distribución mensual, pasamos a preocuparnos por la escasez de agua que, año tras año a lo largo de la última década y en los meses de verano, condiciona el abastecimiento a importantes localidades del interior, produce daños a la producción y afecta la calidad de vida de la familias rurales”, graficó.“El cambio de percepción, aunque motivado por una situación crítica preocupante está generando un espacio propicio para el análisis, la discusión, la investigación y la definición de alternativas para mitigar la falta de agua; este Seminario, por ejemplo, no habría tenido lugar de no haber existido una valoración objetiva de las vulnerabilidades que genera la escasez de agua”, afirmó Gandolla.
Para analizar la problemática del agua, son varios los elementos a considerar: la oferta climática; las restricciones que ofrece el territorio para el almacenamiento del agua de lluvia; los cambios en los usos del suelo que se vienen produciendo desde hace muchísimos años y que modifican las relaciones hidrológicas en las cuencas; y el modo en que las distintas actividades antrópicas alteran el ciclo del agua en Misiones. En ese sentido, Gandolla consideró que la exposición del Dr. Julián Licata –uno de los disertantes invitados al Seminario- fue interesante, particularmente en relación con los efectos hidrológicos de las plantaciones, y focalizó su análisis en tres aspectos: la oferta climática de agua, las restricciones para su almacenamiento y los usos del suelo.
Clima y agua
Si bien el clima en la provincia se clasifica como subtropical húmedo sin estación seca, con lluvias abundantes y bien distribuidas en el año, el especialista indicó que desde principios de la década del 90 se manifiesta una tendencia levemente decreciente en los montos de las precipitaciones anuales, y lo mismo se observa con las precipitaciones mensuales, incluyendo a los meses de verano. Por su parte, el análisis de las temperaturas medias mensuales indica una tendencia a una menor tasa de evaporación en los meses más lluviosos, y a un aumento de dicha tasa en los meses más calurosos y menos lluviosos del verano, según estudios realizados. “En síntesis, las dos variables climáticas analizadas muestran comportamientos desfavorables en relación con la disponibilidad de agua: leve tendencia a la caída de las precipitaciones y al incremento de las temperaturas (y consiguientes pérdidas por evaporación) en los meses de verano”, aseveró Gandolla.
La combinación de ambos factores podría estar mostrando la configuración de condiciones para la manifestación de mayores déficits en la oferta de agua durante los meses de verano. Según reflejan los estudios realizados en el marco del programa para el Cambio Climático, pronostican para el este del Litoral y Mesopotamia un aumento severo del déficit hídrico durante los meses de primavera y verano y una intensificación de los eventos extremos.
Pobres condiciones para el almacenamiento
Los basaltos que se extienden hasta importantes profundidades en el subsuelo de todo el territorio provincial son rocas macizas, compactas, sin porosidad, y poco fracturadas. “En general, salvo localizadamente, los basaltos definen muy pobres condiciones para el almacenamiento y circulación del agua; definen malos acuíferos”, precisó el investigador. Por otra parte, explicó que “el relieve provincial es desde ondulado a quebrado, dando lugar a formaciones geomorfológicas muy heterogéneas e irregulares de extensiones reducidas en superficies; asimismo la provincia presenta pendientes pronunciadas en casi todo el territorio, lo cual favorece el rápido escurrimiento de las aguas en las cuencas”, dijo y agregó que “en este contexto, los suelos, aunque en general son muy permeables y facilitan la infiltración del agua presentan un poco significativo desarrollo en profundidad. De modo que la conformación geológica, el relieve y la geomorfología, las pendientes, y los suelos nos están indicando una predominancia de condiciones no favorables para el almacenamiento subterráneo del agua y la conformación de acuíferos”, advirtió.
Usos del suelo
Finalmente, destacó de la exposición del Dr. Licata ante la información científicamente obtenida, sobre los modos en los que un uso muy importante del suelo para la economía local -las plantaciones forestales- puede estar influyendo sobre la disponibilidad de agua: la selección del sitio, el tamaño de las plantaciones, su densidad, las especies utilizadas, la forma de sus copas, el tipo de follaje, la profundidad de sus raíces, las podas y raleos son todos importantes factores a considerar en su planificación y manejo. Al respecto, reflexionó sobre la necesidad de considerar “restricciones de uso de suelo como una protección especial para las zonas de recarga del sistema hidrológico (divisorias de cuencas, lomas extendidas con bajas pendientes) dado que se trata de zonas donde las aguas de lluvia tienen más posibilidades de infiltrarse, almacenarse en el subsuelo y desde allí aportar al mantenimiento del escurrimiento lento y permanente en los cursos de agua”.