Desde la Cámara Foresto-Industrial de Tucumán (Cafituc), Daniel García Paulucci, profesor de la Cátedra de Dasonomía en la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT); y por otro lado la ingeniera Gracia Paulucci, presidente de la Comisión Forestal de la cámara maderera, se refirieron en la entrevista con ArgentinaForestal.com a las limitaciones de las empresas tucumanas para crecer y ganar mayor rentabilidad, analizaron el escenario de los mercados y sus proyecciones y remarcaron las políticas necesarios para promover la actividad .
Por Patricia Escobar
TUCUMÁN (Abril 2013).- “El negocio forestal de productos provenientes de la industrialización es más que bueno y prometedor si se logra un equilibrio entre la provisión de materia prima a precios que compensen y estimulen la actividad a campo, pero está siendo perjudicado permanentemente por los incrementos descontrolados de los costos internos (insumos, fletes, impuestos, energía, mano de obra) a lo que se suma la escasez de empleados capacitados para las labores tanto a campo como en las industrias; y por otra parte, la continuidad de la demanda en relación con la conservación del poder adquisitivo”, explicaron desde la Cámara Foresto-Industrial de Tucumán (Cafituc), Daniel García Paulucci, profesor de la Cátedra de Dasonomía en la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT); y la ingeniera Gracia Paulucci, presidente de la Comisión Forestal de la cámara maderera, en la entrevista con ArgentinaForestal.com.
La actividad foresto-industrial en Tucumán se encuentra limitada a la introducción, en su mayoría (99%), de maderas y subproductos desde otras provincias productoras. “Como resultado de una equivocada administración a nivel provincial, los productores perdieron el entusiasmo y observan con una gran preocupación la pérdida de posibilidades forestales con los errores resultantes del ordenamiento territorial, burocracia administrativa en materia de guías, permisos, etcétera”, detallaron, exponiendo la necesidad de políticas que favorezcan las inversiones en el sector .
No solo las empresas de Cafituc se perjudican con esta limitante sino que “todos los tucumanos” deben “pagar la inoperancia estatal local, asumiendo los mayores costos de todo lo que llega desde grandes distancias”. “Indudablemente que los profesionales y operarios de la actividad son los más perjudicados. Estas limitaciones y presiones llevaron al cierre definitivo de muchas empresas locales de aserrío y en un futuro cercano a la eliminación de las áreas forestadas en Tucumán”, advirtieron.
En este contexto, señalaron algunas de las medidas a adoptar para recuperar rentabilidad. “Las empresas que pudieran tener interés en emprendimientos forestales deberían exigir un mayor profesionalismo, una mejor transparencia y rectitud dentro del organismo provincial pertinente, y del manejo de los expedientes a nivel provincial y nacional, capacidad profesional en el personal directivo. También se deben rever seriamente las pautas del ordenamiento territorial carente de razonabilidad que atenta sobre la libertad de trabajo y la propiedad privada, desconoce las capacidades profesionales y disminuye más aun los intereses y posibilidades de forestar en Tucumán”.
En este contexto, es complejo el escenario para concretar inversiones. ”Ante tantos impedimentos, dificultades, burocracia, incompetencia, etcétera, y teniendo en cuenta lo establecido por el ordenamiento territorial, la única posibilidad accesible de llevar a cabo son los desmontes en la zona verde, que a pesar que el objetivo del ordenamiento fue frenar el avance de la frontera agrícola, se establecieron 166.000 hectáreas en Tucumán. Esto es simplemente otra contradicción y desatino del ordenamiento, que atenta contra esta noble alternativa. Se debe tener en cuenta que el ordenamiento no atenta solo contra la actividad forestal sino contra la ganadería también en una gran extensión, agravando más la situación actualmente reinante”, expresaron los profesionales.
Se desarrollaron proyectos energéticos para Tucumán que deberán alimentarse de productos forestales, “pero es necesario asegurar las fuentes de producción y el éxito de estos emprendimientos es muy dudoso y dependiente”, advirtieron.
A modo de ejemplo, explicaron: Tucumán requiere 26.000 toneladas de madera para embalar el limón que se exporta, 18 millones de cajas (cada una pesa 1 kg) que se envían paletizadas en 400.000 pallets de 20 kg c/u, lo que totaliza la cantidad antes mencionada. “De estos valores, en nuestra provincia no se produce absolutamente nada. A nadie le estimula hacerlo con tantos impedimentos”, indicaron desde la Cafituc.
“Los profesionales, productores, obreros que en la época inter-cosecha no tienen trabajo, esperamos que esta situación se revierta en algún momento”, agregaron.
Proyecciones de mercado
Finalmente, se refirieron al escenario del mercado de productos forestales y consideraron que “actualmente están en un crecimiento permanente a la vez que impresionante, tanto los mercados locales como internacionales son cada mas demandantes de productos forestales, teniendo en cuenta que estos son un recurso natural renovable. Un futuro no muy lejano es el agotamiento de las fuentes naturales de combustibles fósiles y deben ser reemplazados para que el mundo siga funcionando. La energía es un cuello de botella para la mayoría de los países del planeta sumado a la inexorable necesidad de una combustión sin contaminación ambiental, un gran desafío en el avenir”, señalaron desde Cafituc.
“La utilización de maderas y subproductos en la vida cotidiana de los pueblos es una respuesta posible a las necesidades del mundo ayudando su utilización a la fijación de CO2, permitiendo maximizar los beneficios de los recursos naturales renovables, teniendo presente que la manera más importante de obtener beneficios de un árbol es aprovechándolo”, agregaron.
Concluyeron en que la utilización de leña transformada o no en carbón representa el 55% del consumo de los productos forestales del planeta, “si a esta demanda le sumamos el reemplazo de gas, fuel oil, etc. que utilizan muchas industrias modernas, por chips de maderas, este 55% puede elevarse mucho mas, al igual si tomamos este recurso como enmienda para los suelos en producciones intensivas de frutas y hortalizas podríamos hablar de valores impresionantes. Faltaría tomar en cuenta otras utilizaciones y nos llevaríamos una sorpresa de las demandas mundiales de maderas y/o subproductos”.