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La FAO pide integrar políticas de promoción para los sistemas agroforestales y servicios ambientales

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó que los campesinos que plantan árboles en las explotaciones deben ser recompensados por los servicios ecosistémicos que prestan a la sociedad a través de incentivos financieros o de otro tipo en forma de subvenciones, exenciones fiscales, microcréditos o entregas en especie.

Fuente: El Informador

 

 

ROMA, ITALIA (05/FEB/2013).- Millones de personas podrían escapar de la pobreza, el hambre y la degradación del medio ambiente si los países realizan más esfuerzos en la promoción de la agrosilvicultura, con un enfoque que combine los árboles con cultivos o ganadería, dijo la FAO.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) resaltó que el sector agroforestal es una fuente importante de productos a nivel local como leña, madera, frutas y forraje para el ganado, y a nivel global como coco, café, té, caucho y resina.

Indicó que casi la mitad de la superficie agrícola del mundo contiene al menos un 10 % de la cubierta forestal, por lo que la agrosilvicultura es vital para los medios de subsistencia de millones de personas.

En una nueva guía publicada este martes y dirigida a los responsables de la toma de decisiones, la FAO mostró como el sector agroforestal se puede integrar en las estrategias y políticas nacionales y cómo pueden ajustarse sus políticas a condiciones específicas.

«En muchos países, el potencial de la agrosilvicultura para enriquecer a los campesinos, las comunidades y la industria no ha sido plenamente explotado», dijo Eduardo Mansur, director de la División de Evaluación, Ordenación y Conservación Forestales de la FAO.

«Pese a los numerosos beneficios de la agroforestería, el sector está muy limitado por políticas adversas, restricciones legales y falta de coordinación entre los sectores a los que contribuye: agricultura, silvicultura, desarrollo rural, medio ambiente y comercio», señaló.

Según el documento de la FAO, están surgiendo nuevas oportunidades para la agroforestería.

Citó como ejemplo los bosques de miombo del centro, este y sur de África, que cubren tres millones de kilómetros cuadrados en más de 11 países y contribuyen de manera significativa a los medios de subsistencia de unos 100 millones de personas de bajos ingresos.

Entre ellos -dijo- se encuentra el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al ralentizar la conversión de bosques en tierras agrícolas y el secuestro de carbono en los árboles o en las explotaciones.

Asimismo, señaló que la ampliación de la regeneración natural de más de cinco millones de hectáreas de tierras áridas degradadas en Níger contribuirá a mitigar el cambio climático e incrementar los ingresos rurales.

La guía proporciona diez vías principales para la acción política, incluyendo la sensibilización sobre los sistemas agroforestales para los agricultores y la comunidad mundial y la reforma de las regulaciones desfavorables en el sector forestal, agrícola y rural.

Destacó que los campesinos que plantan árboles en las explotaciones deben ser recompensados por los servicios ecosistémicos que prestan a la sociedad a través de incentivos financieros o de otro tipo en forma de subvenciones, exenciones fiscales, microcréditos o entregas en especie.

Subrayó que el crédito a largo plazo es también fundamental, ya que los agricultores que plantan árboles obtienen beneficios pasados algunos años y que el valor del secuestro de carbono y de otros servicios ambientales que aportan los árboles podría incluso destinarse al pago de los intereses.

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