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Fuerte caída en la demanda estadounidense por la madera aserrada y los altos costos incidieron en la medida de Arauco. La planta tiene una capacidad de 150 mil metros cúbicos anuales de madera aserrada.
Fuente: Lignum
CHILE (6/4/2008).- No sólo en Chile están sufriendo hoy las empresas forestales debido la crisis subprime, que redujo drásticamente la demanda de productos para la construcción. También lo hacen en Brasil, mercado al cual las empresas locales -lideradas por Masisa y Arauco- se volcaron desde mediados del año pasado. En efecto, el brazo forestal del grupo Angelini, Arauco, decidió cerrar de manera indefinida el aserradero Arapotí, ubicado en el estado de Paraná, al sur de Brasil, y que en septiembre del año pasado fue adquirido a Stora Enso. La planta representa uno de los tres activos involucrados en la alianza estratégica firmada entre la multinacional sueca y la chilena, que involucró un pago de US$ 208 millones para quedarse con el 80% de la sociedad. Además del aserradero, el acuerdo incluye 50 mil hectáreas de terrenos forestales y el 20% de la administración de una planta papelera en ese país. Origen de la crisis La principal razón de esta decisión es la crisis subprime. En efecto, la actividad de la construcción de viviendas más económicas en Estados Unidos -segmento donde se originó la crisis- ha mostrado una gran desaceleración. «La medida fue necesaria en función de los elevados costos de operación y la reducida demanda del producto en el mercado externo», señaló una fuente de la compañía en declaraciones a un medio local. Esto golpea directamente a los fabricantes de tableros, molduras y madera aserrada -que era lo que fabricaba Arapotí- que tenían como principal mercado a Estados Unidos. Por ende, las empresas han debido enfrentar bajas en los precios y se vieron obligadas a buscar nuevos mercados, proceso que no ha ido de modo veloz. Según Arauco en Chile, que reconoció la información, el tamaño del aserradero es menor en comparación con los que Arauco administra en Chile, considerando que Arapotí tiene una capacidad de 150 mil m{+3} anuales de madera aserrada y que Nueva Aldea, en Chile, produce 450 mil m{+3}. Acuerdo Además del aserradero, el grupo Angelini compró en septiembre de 2007 el 20% de una papelera y 50 mil hectáreas a Stora Enso. Con cierres temporales y reducción de turnos, empresas enfrentan crisis En Chile, varios aserraderos se han visto en la obligación de cerrar, mientras que otras compañías redujeron sus turnos. El alza de costos se sumó a la crisis energética y a la caída del dólar. Para las forestales chilenas, la crisis subprime es sólo una parte del problema. Aunque el balance global es auspicioso -los envíos del sector están en niveles récord- esto se debe a que el sector celulosa vive tiempos gloriosos, gracias a que la pulpa de madera se está cotizando en precios nunca vistos. Pero quienes no están para celebraciones son los fabricantes locales de molduras, de tableros y de maderas aserradas, que además de la menor demanda norteamericana, han sido golpeados por el menor tipo de cambio. Es decir, sus productos valen menos y, además, los pocos dólares que reciben valen menos que antes. En Chile, Celco ya había cerrado el aserradero La Araucana, a finales de octubre pasado, lo que provocó el despido de 130 trabajadores. Arauco intentó evitar la medida y paralizó temporalmente la producción en el aserradero, dando vacaciones a 2.000 empleados. Antes que eso, Arauco disminuyó un turno en su planta remanufacturera Horcones. Esto tiene directa relación con el cierre de La Araucana, ya que esta última planta proveía a Horcones. También lo sufre el propio Fernando Léniz, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), entidad que reúne a los empresarios forestales. Aserraderos Paillaco, ubicado en la región de los Ríos y de propiedad del líder gremial, también tomó la medida de reducir turnos, para poder deshacerse de stocks. Fuente: Economía y Negocios