Medio ambiente |
El viernes está programada una audiencia pública en la ciudad de Orán para resolver si se autoriza o no el pedido de una firma agrícola que quiere desmontar 1.670 hectáreas de tierras para sembrar soja, maíz y algunas variedades de porotos. El área limita con la Reserva de las Yungas. Hace siete años la UNESCO incluyó a la selva en la «Reserva Mundial de la Biosfera», lo que suponía una garantía de preservación de la región.
Fuente: Diario Clarín
SALTA (10/4/2007).- Este viernes puede ser un día clave para una de las regiones con más alta biodiversidad de la Argentina: la selva de Yungas en la provincia de Salta. Es que para ese día está programada una audiencia pública en la ciudad de Orán para resolver si se autoriza o no el pedido de una firma agrícola que quiere desmontar 1.670 hectáreas de tierras para sembrar soja, maíz y algunas variedades de porotos. «El área que ahora se pretende desmontar está dentro de los límites de la Reserva Mundial de la Biosfera», aseguró Martín Herrán, docente de la Universidad Nacional de Salta y presidente del Grupo Yaguareté, una ONG que fomenta la preservación de los ambientes naturales y el desarrollo sustentable. Hace siete años la UNESCO incluyó a la selva de Yungas en la «Reserva Mundial de la Biosfera», lo que suponía una garantía de preservación de la región. Gracias a su clima húmedo y cálido, en las Yungas crecen palos blancos y amarillos, urundeles, cebiles, lapachos y cedros. Es el territorio de diversos mamíferos como gatos monteses, pumas, coatíes y yaguaretés —una especie que se encuentra en peligro de extinción— y de aves como el lechuzón negro y las águilas poma. Las 1.670 hectáreas que la firma «Los dos ríos» está solicitando desmontar pertenecen a la finca «Abra Grande y Abra Chica». De acuerdo a Martín Herrán, la finca tiene una superficie de unas 26.000 hectáreas, de las cuales cerca de 6.500 ya fueron desmontadas en los últimos años para cultivos. Una ley provincial salteña obliga a que se cumplan dos pasos antes de que se autorice al desmonte. Primero, algún experto debe realizar un estudio de impacto ambiental. Recién cuando ese estudio se encuentra concluido, la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia convoca a una audiencia pública para ver si hay pobladores u organismos que se opongan al proyecto de desmonte. El llamado a esa audiencia fue publicado hace un par de semanas en un diario salteño. «Lo cierto es que estas audiencias nunca impidieron los desmontes. Se las hace simplemente para dar una imagen de transparencia», dijo a Clarín Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Biodiversidad de Greenpeace. Greenpeace acaba de denunciar públicamente que «en los últimos cuatro meses la provincia de Salta convocó a audiencias públicas para autorizar desmontes que suman 155.855 hectáreas de bosques nativos, más de la mitad del promedio de lo que se desmonta por año en todo el país». Según Hernán Giardini, «Salta está aprobando desmontes aceleradamente ante la posible sanción de la ley de Bosques». El pasado 14 de marzo la Cámara de Diputados dio media sanción a la ley de Bosques, que establece una moratoria a los desmontes de un año. La norma ahora está en estudio en diferentes comisiones del Senado