Informe de la ONU: la ley de emergencia es un desaliento |
En 2005, el stock de capital foráneo bajó en relación con el PBI; bajas expectativas para 2006
Fuente: Diario La Nación
BUENOS AIRES (17/10/2006).- La inversión extranjera directa en la Argentina subió el año pasado un 9%, hasta alcanzar los US$ 4662 millones (2696 millones fueron el fruto de 23 fusiones y adquisiciones), pero a un ritmo menor que el crecimiento económico medido en dólares. De ahí que el stock de esa inversión pasó de representar el 33,1% del producto bruto interno (PBI) en 2004 al 30,4% en 2005, según datos del Informe de Inversión Mundial 2006 difundido ayer por la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad, según sus siglas en inglés). La Unctad también señala que la Argentina se encuentra entre los países con más alto potencial para atraer inversión externa, pero su desempeño está por debajo del nivel posible. La organización señaló que el año pasado América latina fue la única región del mundo que adoptó más medidas negativas que positivas para el capital foráneo, y en el informe da cuenta de que «la Argentina extendió por otro año la ley de emergencia económica adoptada en 2002, que da al Gobierno amplios poderes para tomar medidas económicas por decreto y, en particular, permite la renegociación de los contratos de los servicios públicos privatizados (incluidas las tarifas)». No obstante, en una encuesta entre las 100 mayores empresas del mundo sobre en qué países están localizadas, la Argentina figura en el puesto 18. A la cabeza figuran Estados Unidos, Reino Unido, Holanda, Alemania y Francia. Entre los países emergentes lidera Brasil, seguido por México, Singapur, Polonia, República Checa y la Argentina. El documento de la Unctad destaca el fenómeno creciente de empresas de países emergentes haciendo negocios en el exterior. Al frente del ranking aparecen Hong Kong (región administrativa especial de China), las islas Vírgenes Británicas, Rusia, Singapur, Taiwan, Brasil y China. México está 12°, la Argentina, 13° y Chile, 14°. Entre otros datos relevantes del informe figuran los siguientes: El stock de inversión extranjera en la Argentina subió el año pasado a US$ 55.245 millones, casi 5000 millones más que en 2004, pero más de 12.000 millones menos que en 2000. La Argentina bajó un puesto en el ranking de destinos de la inversión extranjera en América latina y los países fiscales del Caribe, del séptimo en 2004 al octavo en 2005. Lo superan México, Brasil, Bermudas, Islas Caimán, Colombia, islas Vírgenes Británicas y Chile. La inversión extranjera en América latina creció sólo un 3% el año pasado y podría desacelerarse o incluso disminuir en 2006, por la mayor regulación en los mercados de materias primas (como petróleo y gas), según la Unctad. El reporte señala que algunas multinacionales siguieron yéndose de la región en 2005 y puso como ejemplos a dos que desinvirtieron en la Argentina: Suez y Electricité de France (EDF). En 2005 se contabilizaron en la Argentina 41 proyectos de construcción de plantas (o ampliación) por parte de empresas extranjeras, frente a las 74 que había un año antes. En el país, el 11,8% de la nueva inversión bruta fija (maquinaria y construcción, excluidas las fusiones y adquisiciones) provino el año pasado de empresas extranjeras, menos que el 14,6% de 2004, lo que evidencia un mayor dinamismo de las compañías nacionales. A diferencia de otras regiones en las que predomina la inversión en servicios, un 40% de la de América latina se destinó en 2005 a la industria. Un 25% se dirigió al sector primario. En ese ámbito, a la Argentina le llegaron US$ 850 millones de inversiones no petroleras, mientras que la Unctad destaca el plan de inversiones de Repsol YPF para el período 2005/2009, por 6700 millones. El alza de la inversión en tierras argentinas obedeció, según la Unctad, al «alto y sostenido crecimiento económico, así como al tipo de cambio competitivo, que favorece las actividades orientadas a la exportación y disminuye los costos de compra e inversión para los inversores extranjeros». Uno de los sectores que están aprovechando esas circunstancias favorables es la industria automotriz, que también se vio favorecida por medidas específicas de incentivo, según la Unctad. La entidad destaca además que las empresas latinoamericanas, como las brasileñas y las chilenas, están incrementando sus desembolsos en el país. Entre otras políticas que benefician o perjudican al inversor externo, la Unctad señala que la Argentina canceló la deuda con el FMI, se diferenció de otros países latinoamericanos que profundizaron las reformas liberales y eligió un camino heterodoxo para crecer, se opuso al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), firmó un tratado de cooperación con Venezuela y protagonizó disputas por los precios de la energía con Bolivia y Chile. El informe puntualiza que el año pasado siete empresas suspendieron los juicios contra la Argentina ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre Inversiones (Ciadi), dos las discontinuaron, pero «muchas otras» prosiguen. A su vez, tres firmas iniciaron reclamos contra el país, al tiempo que otras tantas compañías argentinas comenzaron demandas contra países. Todos esos juicios son posibles por los 58 tratados bilaterales de inversión que firmó la Argentina, que está 23a en el mundo en cantidad de esos pactos. Alemania selló 133 y le siguen China (117), Suiza (110), el Reino Unido (102) y Egipto (98). En cambio, Estados Unidos tiene sólo 47 y se ubica entonces en la posición 37a. En una encuesta a las 100 mayores empresas de países emergentes sobre las naciones en las que están radicadas, la Argentina aparece en el relegado puesto 33. En punta están Estados Unidos, Hong Kong, Reino Unido, China y Singapur. El informe fue presentado en Buenos Aires por el economista Fernando Porta, del Centro Redes, asociado al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), quien destacó que 2005 fue «el segundo año consecutivo de aumento del flujo de inversión extranjera directa en el mundo, tras la retracción de 2002 y 2003. […] Subió un 29% en todo el mundo y superó los 900.000 millones de dólares, pero todavía está bastante lejos de los niveles de fines de los 90 y principios de esta década, cuando se llegó a los 1,4 billones». Porta adjudicó los mayores flujos al crecimiento económico mundial y al consiguiente incremento de la rentabilidad de las empresas, que aprovechan el alza de ganancias para financiar sus inversiones. Todo este fenómeno eleva, a su vez, el valor de los activos. Los flujos a países desarrollados se elevaron un 37%, frente al 22% que va a naciones en desarrollo. Sin embargo, estas últimas reciben seis de cada diez dólares de inversión extranjera directa. Los fondos de riesgo dejaron de concentrarse en operaciones financieras y representaron el 15% del total de los flujos de capital directo. Por Alejandro Rebossio De la Redacción de LA NACION