Desarrollo genético en Misiones |
Lo dice el ingeniero Luis Mroginsky, director del IBONE- CONICET de la UNNE. Destacó el aporte al conocimiento y a la mejora genética de las especies, que permitirá aumentar la productividad de los cultivos y mejorar los alimentos a través del empleo de la ingeniería genética.
Fuente: Misiones On Line
MISIONES (20/9/2006).- Aumentar la productividad de los cultivos, mejorar los alimentos y poder mejorar las especies a través del empleo de la ingeniería genética es uno de los objetivos que se trazó el sector de la producción misionera con apoyo oficial. Incluso, hay quienes dicen que la industria maderera, de gran crecimiento en los últimos años, requerirá de una masa forestal abundante para poder seguir funcionando normalmente sin que se resienta la fuente de materia prima. Los ritmos de crecimientos de los árboles no son paralelos a los de la industria; allí la propagación de los recursos por medio de la aplicación de la biotecnología será fundamental. En ese contexto y con el objetivo de evaluar y analizar las potencialidades del desarrollo productivo, social y económico basado en el aprovechamiento y utilización de la biotecnología vegetal en especies nativas e introducidas, el Comité de Desarrollo e Innovación Tecnológica (CEDIT) organizó el taller denominado “El Desarrollo basado en Biotecnología Vegetal en Misiones– Oportunidades y Desafíos en la Cadena de Valor». Durante el encuentro se estableció el orden de avance de las diferentes interfases de desarrollo de la cadena de valor de cada especie en cuestión, comprendido desde el conocimiento básico hasta la etapa de comercialización de los productos tecnológicos terminados acorde con los estándares establecidos por el mercado demandante. La cita convocó a prestigiosos especialistas el ámbito de la biotecnología. Entre ellos, estuvo el ingeniero Luís Mroginsky, director del IBONE – CONICET de la Universidad Nacional del Nordeste, (UNNE) para quien el avance de un país está dado por la forma de aprovechamiento del saber y del conocimiento. En ese sentido, Mroginsky sostuvo así como la Revolución Industrial la hicieron las máquinas, “la revolución biotecnológica la hace el conocimiento. Hoy un país es rico no por que tiene máquinas, capital o recursos naturales (…) es rico cuando tiene recursos humanos formados, cuando tiene conocimiento en todos los niveles no solo en los niveles universitarios, sino en todos los niveles. El ingeniero no dudó en calificar a Misiones como la más avanzada en materia biotecnológica a partir de la construcción de la Biofábrica. “Es muy importante el potencial que pueda aportar no solo a la industria, sino al agro en general. La Biofábrica constituye la mejor herramienta que tiene el país en materia de biotecnología vegetal y para micropropagar plantas”. Sobre las ventajas de la micropropagación, Mroginsky dijo que una de las mayores virtudes es la reproducción de especies selectas a gran escala. “Encontrar plantas selectas y en forma rápida lograr miles de esa especies. La reproducción masiva viene acompañada de calidad. Es una herramienta que está al alcance de todos, incluso del pequeño productor. Aquel que se dedica a la producción de mandioca puede sembrar una rama y duplicar y hasta triplicar su producción”, explicó. La biotecnología vegetal permite almacenar los recursos genéticos con varias técnicas. Una de las más reconocidas es la crío conservación que es la conservación de los nitrógenos líquidos. “La crío conservación es muy utilizada en los cultivos como la mandioca en el mundo entero porque permite contar en un recipiente la colección completa de genes de ese cultivo, y se la puede utilizar cuando se quiere aumentar la superficie sembrada”, indicó el representante de la UNNE.