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Las empresas Inderfor Oy y Veisto Oy organizaron a mediados de año una gira “safari” por Finlandia, con el fin de mostrar las tecnologías aplicadas para el aserrado de rollizos de poco diámetro con los famosos aserraderos Hew Saw. Además, se visitaron otras industrias como complemento (laminadora, fabrica de pellet y una planta celulósica). Los guías de la gira fueron el tucumano-finés Darío Rodríguez, de Inderfor, y Markku Koivisto, de Veisto Oy.
Por Martín Sánchez Acosta (especial para Desarrollo Forestal)
BUENOS AIRES (26/11/2005).- De la misión participaron distintos industriales y productores forestales de Argentina, Uruguay, Brasil y Chile, y abarcó distintas localidades finesas, con un recorrido total de 1.800 kilómetros negrita/Finlandia en cifras hoy/negrita Es conocida la tradición forestal de Finlandia, país que se encuentra virtualmente tapizado de árboles. Tiene una cobertura arbórea de 20 millones de hectáreas, casi un 80 por ciento de su superficie (es difícil encontrar descampados). Este país tuvo un interesante desarrollo, pues pasó de ser un productor-exportador de commodities a ser un neto exportador de tecnología, tal como el caso que nos ocupa. Su relieve es bastante plano a colinado, por lo que en su mayoría son bosques factibles de aprovechar. El volumen total de madera de esos bosques es 2.024 millones de metros cúbicos. Su crecimiento total anual es de 81 millones de metros cúbicos (la estación o época de crecimiento son sólo 80 días, aproximadamente, lo que da un incremento promedio diario de 1 millón de metros cúbicos!). La industria foresto industrial de Finlandia consume 78,6 millones de metros cúbicos de madera anuales (de los cuales 16 millones se importan de Rusia). Vale comparar que Argentina consume sólo 8 millones de metros cúbicos. Si recordamos que sólo son 5 millones de habitantes, surge que la producción debe ser destinada básicamente para la exportación. La relación de producción y exportación se puede apreciar en un gráfico adjunto. Hay 46 plantas de papel y cartón; 19 de pulpa, 22 de tableros y 170 aserraderos, con algunos de gran escala (los hay de 1 y 2 millones de metros cúbicos de producción por año). Para el desarrollo de tecnología tiene como ventaja que sus bosques son prácticamente de tres especies. La netamente preponderante es el “pino silvestre” o “pino finlandés” (Pinus silvestris). En coníferas le sigue, aunque en menor medida, el “spruce” (Picea abies); y en cuanto a latifoliadas se destacan los abedules (Betula sp), principalmente el abedul blanco (Betula alba). Estas especies, comparadas con las plantaciones de nuestro continente, son de muy bajo crecimiento. Pueden estimarse incrementos del orden de 2 a 4 metros cúbicos anuales por hectárea. Estos crecimientos bajos se compensan con la gran cantidad de bosques disponibles. Por qué pequeños diámetros Como se comentara, los bosques son de muy bajo crecimiento. Y dado su anterior aprovechamiento, la mayoría de los bosques disponibles son de poco diámetro. Por ello se han desarrollado sistemas que permitan el mayor y más eficiente aprovechamiento de estos árboles finos (generalmente menos de 25 centímetros de diámetro). Esta situación resulta interesante para nuestras latitudes, pues si bien las plantaciones son de altísimo crecimiento (de 25 a 50 metros cúbicos anuales por hectárea), como las empresas buscan turnos cortos (10 a 18 años) se genera mucho material de pequeño diámetro. Así se produce también en las de mayor turno pero a las que se les practican raleos. La tecnología Hew Saw Los aserraderos del grupo Veisto, conocidos bajo su nombre comercial Hew Saw, deben su nombre a la comparación de su proceso con el antecesor sistema manual de labrado de la madera (Hew) que se realizaba antiguamente en Finlandia. Este labrado era básicamente quitar la corteza y escuadrar los rollizos, obteniéndose unas piezas prismáticas de forma casi piramidal (su base mayor que la cima). Estos productos se enviaban a Egipto para puntales, lo que se dio en llamar la “viga egipcia”, que curiosamente hoy se sigue produciendo para ese país. El proceso es un sistema muy automatizado, simple, que requiere de muy poca mano de obra. Si bien puede tener variantes, se basa en un primer “labrado del tronco” mediante un Chiper-canter, que da el perfil al tronco a la vez que transforma en chip todo lo canteado. A continuación paquetes de sierras circulares hacen los distintos cortes en forma simultánea, y el canteado final de las tablas, con lo que en la boca del aserrado se obtienen directamente las tablas, y por laterales sale el aserrín. Es decir, que en un sistema lineal, sin retorno alguno y con una mínima participación de mano de obra (de hecho la línea puede ser manejada por un solo operario) se obtienen el producto (tablas), el subropducto (chips) y el residuo (aserrín) en forma simultánea. Para decirlo en forma sencilla, es una gran caja donde por una punta ingresan los rollizos y por la otra salen las tablas, y por los laterales el chip y aserrín. Las distintas líneas ofrecen la variante de contar con las máquinas reunidas en dos o tres cuerpos, o en uno solo. Estas máquinas son de gran robustez, lo que permite trabajar a grandes velocidades, especialmente con los pequeños diámetros. Esto hace que las líneas puedan trabajar en rangos de 70 a 150 metros por minuto. Lo podemos ejemplificar diciendo que para una velocidad de 120 metros por minuto, un rollizo de 2 metros de largo pasa por delante de nuestra vista en dos segundos. En la visita a la fábrica Veisto se pudo observar que la citada robustez también le permite generar un mercado de máquinas usadas reacondicionadas de gran prestación, ya que los materiales tienen una muy larga vida útil.