Aumenta la tensión con Uruguay |
Argentina envió ayer a la Corporación Financiera Internacional (CFI), que depende del Banco Mundial, sus objeciones contra la instalación de dos plantas de celulosa en una localidad de Uruguay situada en la frontera entre ambos países. Advierte que las plantas, una de la española ENCE y otra de la finlandesa Botnia, «pueden generar perjuicio sensible a Argentina y que ello causaría responsabilidades patrimoniales muy serias para, entre otros, las empresas industriales y las entidades financieras participantes».
Fuente: Univisión
Buenos Aires, 17 ene (EFE).- Argentina envió hoy a la Corporación Financiera Internacional (CFI), que depende del Banco Mundial, sus objeciones contra la instalación de dos plantas de celulosa en una localidad de Uruguay situada en la frontera entre ambos países. El canciller argentino, Jorge Taiana, remitió al presidente de la CFI, Paul Wolfowitz, un texto con las objeciones de su país al «borrador del estudio de impactos acumulativos» de las papeleras, que elaboraron consultores privados para el organismo financiero, el cual aportará fondos a los proyectos industriales. La nota cursada por Taiana advierte que las plantas, una de la española ENCE y otra de la finlandesa Botnia, «pueden generar perjuicio sensible a Argentina y que ello causaría responsabilidades patrimoniales muy serias para, entre otros, las empresas industriales y las entidades financieras participantes». El Gobierno argentino ya había advertido en junio pasado a la CFI sobre los riesgos que entrañaba financiar proyectos que aún no han sido evaluados desde el punto de vista ambiental por una comisión binacional de expertos. En la comunicación enviada hoy, Argentina alega que el borrador de informe de la CFI «no se ajusta a las propias políticas operacionales» del organismo, especialmente en lo referente a la política sobre evaluación ambiental. También cuestiona el hecho de que no se hayan «tomado totalmente en cuenta» las conclusiones del informe de noviembre pasado de la asesora de observancia u «ombusdman» del Banco Mundial (BM), Meg Taylor. Taylor recomendó a la CFI detener la financiación de los proyectos hasta que el BM realice su propio estudio de impacto ambiental. Asimismo, Argentina alega que el documento «no analiza métodos de producción libres de cloro y carece de indicaciones para prevenir la contaminación con efluentes líquidos y emisiones gaseosas, ni crea adecuados sistemas de control de las contingencias que puedan suscitarse que son frecuentes en esta industria». Por otra parte, alegó que el borrador ignora que existe una «controversia» abierta entre Argentina y Uruguay por las papeleras, que se construyen en la localidad uruguaya de Fray Bentos, sobre el río Uruguay, frontera natural entre ambos países, un recurso natural cuya administración reglamenta un estatuto bilateral de 1975. «La controversia surgió cuando se autorizaron unilateralmente los proyectos, a pesar de los requerimientos reiterados de Argentina para que se suspenda la construcción hasta tanto pueda determinarse, de manera objetiva y fehaciente, su impacto acumulado transfronterizo», indica la nota de Taiana. La instalación de las papeleras ha generado el rechazo de los vecinos de la provincia argentina de Entre Ríos, frente a la cual se levantan las plantas. Los vecinos, que adoptaron los bloqueos sorpresivos de los tres puentes que unen Argentina con Uruguay como forma de protesta, aseguran que las factorías causarán daños al medio ambiente de toda la región. Mientras que para Uruguay la construcción de las papeleras supondrá una inversión de 1.800 millones de dólares, la mayor de su historia, el Gobierno de Entre Ríos asegura que los proyectos le acarrearán a la provincia pérdidas de 800 millones de dólares por el impacto sobre la producción agrícola, avícola, apícola y el turismo. EFE