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Masa Agropecuaria SA, una apuesta al mejoramiento contínuo

Jornada mensual de Tranqueras Abiertas del CFCN

El Consorcio Forestal Corrientes Norte (CFCN) recorrió las instalaciones de la Estancia “San Charbel”, en Masa Agropecuaria SA, de Bunimar SA, ubicada en Garruchos, al noreste de la provincia de Corrientes. Realizaron demostraciones de raleos intensivos y poda a 5,5 metros y manejo de lotes.

Fuente: CFCN

CORRIENTES (18/9/2005).- Como es habitual hacen ya casi 21 años, los integrantes del Consorcio Forestal Corrientes Norte realizan una jornada mensual de Tranqueras Abiertas mediante la que una de las 15 empresas socias oficia de anfitriona y presenta a los demás miembros del Consorcio la tecnología que ha sido implementada para la optimización del manejo de sus lotes. “Tuvimos una jornada técnica en la que compartimos cuatro paradas en nuestro establecimiento, en la que todo el grupo estuvo muy movilizado”, dice Juan Carlos Moreno, administrador de la firma. “Y además, -después de la jornada-, tuvimos buenas críticas constructivas y ahora nos queda mucho trabajo por hacer”, asegura. Masa Agropecuaria SA presentó el 19 de agosto el resultado de dos podas intensivas en tres lotes de alta densidad de pinos Taeda plantados hace 22 años, -en suelos que habían sido explotados con soja y maíz-, y que fueron recuperados con plantas de origen Columbia, provenientes de huertos semilleros seleccionados. Lo que sin dudas llamó la atención de los socios fue comprobar la calidad de un lote en el que la firma raleó en 1990 el 72% de las plantas, -1800 sobre 2.500 árboles, donde extrajo 130 m3-; y repitió la operación de selección en 1998, donde extrajo el 50% restante de árboles, -y 210 m3-, para priorizar el crecimiento de 350 árboles. “Mostramos decisiones que el Consorcio había recomendado hace varios años y que hoy están dando sus resultados”, dice el ingeniero Fernando Degiorgi, responsable técnico de Masa Agropecuaria. “Presentamos plantaciones de 22 años donde se habían hecho raleos que para la época habían sido considerados muy fuertes”, admite. “Pero así se plantaba en la década del 80, porque las forestaciones tenían destino pulpable. Hoy se plantan menores cantidades”, dice. Hoy, la industria papelera o celulosa no planta más de un promedio de 1500 árboles, mientras las empresas que trabajan la madera “están plantando hasta 1250 plantas”, asegura Degiorgi. Desde aquella jornada, Masa Agropecuaria estudia la posibilidad de incorporar los lotes de origen Columbia a un programa de mejoramiento genético con participación de alguna entidad nacional (INTA); para ello, comprometió su personal para seleccionar árboles plus y trabajar en la obtención de púas para injerto, así como realizar raleos en alguna parcela para formar rodales productores de semillas. Masa tiene la mayoría de sus plantaciones podadas. Anteriormente, la compañía podaba el largo de una tora, -de aproximadamente 2 a 3 metros-, pero ahora presentó un planteo de poda de entre 4 y 4,50 metros, y el desafío de llevar “todas nuestras podas a 5,50 metros para obtener mayor madera de calidad”, dice Degiorgi. Capital intelectual Después de la crisis del 2001, la empresa se quedó con 7 operarios. Sin embargo, cuando comienza el 2002, Masa Agropecuaria aprovecha la circunstancia del mercado que cambió para el sector, y decide hacer un aserradero nuevo. Después de dos años de implementación y organización, -y tras definir metas de producción y el diagnóstico-, la empresa apuesta por un objetivo clave: desarrollar un programa de Mejoramiento Contínuo, con el que Masa apostó no solo a la satisfacción del cliente externo sino, fundamentalmente, a la satisfacción del cliente “interno”. “Y bueno: con la incorporación de las máquinas, incorporamos mucha gente nueva, muchos jóvenes que fueron seleccionados”, explica Moreno, a los que “había que motivarlos para manejar las máquinas mejor”. Para ello, Masa contrató a la ingeniera industrial Pía Bosse, responsable de implementar un sistema de Círculos de Calidad cuyo rol principal es hacer responsable a cada uno de los que está trabajando en el proceso. Así, Productividad y Calidad; Seguridad; y Salud son tres aspectos, tres círculos, que se integran para alcanzar una identica misión: participar e involucrarse. “Ellos, los operarios, son los que producen las mejoras y son los que apuntan a trabajar en el área de creatividad basado en datos científicos. El rol humano es el COMPROMISO; el rol CIENTÍFICO, es que se basan en hechos claros, no en suposiciones ni pronósticos”, explica. El Mejoramiento Contínuo permitió, entre otras cosas, la resolución de los tiempos muertos. “Allí, habían dos puntos importantes: la falta de abastecimiento, que era el problema del rollo; y por otro lado, el problema de la cinta”, dice Bosse. “Yo soy un convencido de lo que se indica desde en Estados Unidos: la estrategia dice que la gente no profesional, cuando trabaja en equipo, hace trabajos sorprendentes. Y el último operario, -el que maneja una máquina-, sabe mejor que nadie como se comporta la máquina”, asegura Moreno. “Solamente con mucha motivación y eligiendo los líderes, se llegó a la situación actual, donde de los tres círculos (de calidad), uno está consolidado, otro en revisión y otro en formación. Pero, tenemos estados numéricos a la vista; no es que solo se usa para motivar para que la gente no deje de trabajar”, asegura el administrador. ¿Cuál es el secreto y el valor agregado de MASA AGROPECUARIA? “Creo que haciendo participar a la gente, con mucha motivación, uno busca satisfacer al cliente interno y una vez logrado eso, se satisface el cliente externo. Esa es la meta”, admite Moreno.

Fuente: CFCN

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