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Arquitectos misioneros diseñaron innovador refugio móvil para mejorar las condiciones de trabajo rural en el país

Fue promovido hace 4 años por la gerencia de Empleo local del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación un proyecto de Hábitat Nómade “orientado a los productores de yerba mate, pero el diseño es aplicable a todas las actividades del trabajo rural”, señaló el arquitecto Matías Taborda. El prototipo recibió reconocimientos a nivel internacional y nacional en 2014 y 2015, incluso se sancionó una ley provincial para impulsar el Programa de vivienda móvil para trabajadores migrantes del ámbito rural de Misiones que está a la espera de su instrumentación.

 

 

Por Patricia Escobar

 

MISIONES (26/6/2017).- “La producción de yerba mate es uno de los ingresos productivos y socioeconómicos más importante de Misiones. El tarefero es parte de la cultura misionera, es parte del paisaje, es una identidad misionera que no se puede perder. Pero es materia pendiente mejorar las condiciones laborales en la que trabajan o se exponen en épocas de plantación y cosecha en las chacras misioneras”, expresó el arquitecto Matías Taborda, uno de los socios del Estudio ENNE, en la entrevista con ArgentinaForestal.com.

 

Con este escenario, ya en 2013 cuando los datos oficiales registraban que anualmente en exportación de yerba mate se generaban más de u$s 40 millones por 35 mil toneladas, desde el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, a través de la gerencia de Empleo de Misiones, entendieron que el último eslabón de la cadena, el productor primario, tenía como deuda social pendiente mejorar sus condiciones laborales en campo con un mejor hábitat durante su trabajo en la cosecha, que realizan en muchos casos organizados a través de cuadrillas que conforman las contratistas yerbateras o en sus chacras para entregar su producción a cooperativas o establecimientos que necesitan de su producción.

 

Con la intención de avanzar en ello, desde el organismo nacional convocaron a los profesionales del Estudio ENNE Arquitectura conformado por Gerardo Esteche, Marcela Gadea y Matías Taborda, quienes desarrollaron el proyecto “Hábitat Nómade en Yerbales” con un prototipo innovador que contenía las características necesarias para un “refugio móvil” autosuficiente, capaz de recorrer distintos campos y mejorar las condiciones de habitabilidad laboral, de acuerdo a lo requerido por Ley del Trabajador Rural 26.727. En el diseño, contemplaron que la unidad pudiera ser trasladada en terreno por un tractor, y es un sistema aplicable a cualquier actividad rural y en distintos puntos del país, aseguran los profesionales misioneros.

 

 

 

Pero para llevar adelante la propuesta consensuada, fueron varias las reuniones realizadas con representantes del Ministerio de Trabajo de la Nación, UATRE -Renatea, INYM, Gobierno de Misiones, entre otras instituciones.

 

La iniciativa de los arquitectos avanzó con la presentación de un prototipo final del “refugio móvil” que posteriormente recibió reconocimientos internacionales y nacionales, un premio en la Bienal Internacional de Arquitectura-Córdoba en 2014, y un premio en 2015 en el Certamen para Jóvenes Arquitectos, donde quedaron seleccionados entre los mejores 20 trabajos del país.

 

Además, el innovador proyecto fue incluido en varios libros y publicaciones especializadas sobre arquitectura y construcción, como también fue nombrado de interés en la Cámara Alta del Senado de la Nación Argentina, y a nivel provincial se sancionó una ley para impulsar el “Programa de Vivienda Móvil para Trabajadores Migrantes del Ámbito Rural de Misiones”.

 

Sin embargo, con todos sus fundamentos y valorización, a 4 años de dar este gran paso, en la entrevista los arquitectos relataron que aún no se logró trasladar el prototipo a la realidad del trabajador tarefero misionero y se mantienen esperanzados de concretar la iniciativa en alguna actividad rural de la provincia o el país, incluso como alternativa para los campamentos forestales.

 

 

 

AF: ¿Cómo surgió la iniciativa desde el Estudio ENNE?

 

Matías Taborda (MT): Fue en 2013, por convocatoria del Ministerio de Trabajo, Seguridad y Empleo de la Nación, a través de la gerencia de Empleo de Misiones. En aquel momento estaba a cargo de Carlos Marcial, quien nos convocó a una reunión para plantear esta inquietud de mejorar el hábitat laboral de los productores tareferos, en el contexto de modificación de la Ley 26.727 para el nuevo Estatuto del Peón Rural y después del accidente donde fallecieron 8 tareferos por las condiciones en que fueron trasladados.

 

(NdR: este mes de junio se cumplieron 4 años del trágico accidente vial)

 

Si bien inicialmente proponían un vivienda, se armó un equipo técnico (economistas, antropólogos, arquitectos, comunicador visual) para estudiar la realidad del tarefero, desde los aspectos socioculturales e históricos de la cosecha de yerba mate. Finalmente avanzamos en el diseño del prototipo con la propuesta de construir sobre un trailers una vivienda móvil, para que pueda ser trasladada por un tractor hasta el yerbal y acompañe las necesidades reales del trabajador.

 

La tarefa hoy día conserva las mismas características que hace cien años atrás cuando se cosechaba yerbales silvestres: explotación, malas condiciones de habitabilidad en el campamento y precarización laboral. Estas condiciones hacen que la actividad sea cada vez más marginal.

 

El proyecto puede cambiar esta realidad, consiste en un refugio móvil autosuficiente, capaz de recorrer distintos campos y mejorar las condiciones en campo, de acuerdo a lo requerido por ley del trabajador rural 26.727. Permitiría contar con un refugio confortable y digno el tiempo que dure la cosecha.

 

Y, otro factor importante es que su construcción se realizaría utilizando materiales y mano de obra local.

 

 

AF: ¿Qué materiales incorporaron para el sistema constructivo?

 

Gerardo Esteche (GE): El prototipo es un tráiler nómade. Inicialmente tenían la idea de una vivienda para los tareferos, pero esa idea iba a un fracaso porque los campos más pequeños son los que más producen, y en la suma de campos -menores a 30 hectáreas- era un costo inviable de sostener. Nos dimos cuenta que para optimizar y lograr el objetivo de mejorar las condiciones laborales, debía ser una vivienda móvil, nómade, para que ellos manejen sus tiempos con el trabajo que realizan y la movilidad que necesitaban.

 

Para el diseño fueron considerados sus aspectos culturales, costumbres, clima, lugares, definimos que la mejor optimización seria con un artefacto móvil para atender varios campos en una línea de tiempo, y allí surge el proyecto de Hábitat Nómade en Yerbales.

 

Cada uno de los refugios esta dimensionado para el uso máximo de cuatro personas. La estructura espacial y funcional de los mismos responde, no sólo a condicionantes sanitarios y técnicos, sino también a antropológicos particulares del ámbito rural. Buscando que el producto sea sustentable socioeconómica y ambientalmente, para mejorar las condiciones de habitabilidad con el menor impacto socio ambiental posible.

 

El tráiler está preparado para que se abastezcan de energía, rural o solar, que dispongan de sus elementos básicos para vivir, equipamiento para acampar y cocinar, colchonetas para dormir y galería con habitaciones, baterías para cargar los teléfonos celulares o linternas, tanque de agua, conservador y sanitario a instalar con un sistema de conexión móvil a un pozo existente en cada punto a trabajar.

 

Pero todo el proyecto quedó en el prototipo, que hace 4 años fue evaluado para su construcción en un poco más de 80 mil pesos por unidad. Pero el costo no es el punto en esto, sino que hay que poner en valor el cambio necesario que implica a los tareferos. El horizonte es mucho mayor, se trata de mejorar las condiciones de exclusión y pobreza estructural con la que trabajan los productores de yerba en Misiones, que impacta en su hábitat, y eso en su manera de relacionarse con la sociedad. Este es un oficio de mucho valor cultural para el paisaje misionero.

 

MT: Siempre fue la idea de poner a disposición esta herramienta que mejore la calidad de vida de los productores más pequeños, que son los que tienen las condiciones laborales pobrísima, muy marginales. Pero no solo en Misiones, hay muchas actividades rurales en el país que pueden implementar este sistema perfectamente, solo hay que adecuar algunas características constructivas a la realidad de cada zona

 

En la actividad rural, los pequeños productores tienen extensiones laborales en campo que duran entre 2 o 3 días, en producciones de menos de 30 hectáreas. En yerba mate, la zafra se realiza dos veces al año, es decir que a lo sumo los tareferos están una semana en cada lugar, según las condiciones climáticas, por lo que consideramos que algo móvil sería de mayor utilidad que las viviendas.

 

El Gobierno Nacional iba a implementar la instalación a disposición de los pequeños productores tareferos, pero es una alternativa para las contratistas, o los establecimientos yerbateros medianos. Los productores de más de 50 o 100 hectáreas sí necesitan realizar campamentos más permanentes, ya que la zafra son dos veces al año. Pero al pequeño productor esta instalación se les escapa, por los recursos económicos que demanda.

 

 

AF: ¿Qué pasó después que diseñaron el prototipo, cómo avanzó la idea?

 

MT: No avanzó. Quedó todo frenado a nivel nacional y a nivel provincial. Presentamos el prototipo, incluso fuimos premiados en 2014 y 2015, pero no tuvimos más contacto. Pasó al olvido.

 

 

AF: ¿Y no hubo interés por adaptar este proyecto desde el sector privado, en algún momento se involucraron o interesaron las empresas yerbateras?

 

MT: Desde la Gerencia de Empleo de la provincia se ocuparon de intentar vincular a las empresas, de hacer que participen, pero fueron reacios a la propuesta.

 

El trabajador de yerba mate sigue en la actualidad en una situación de exclusión, y esto es desde sus orígenes. Nadie responde por ellos.

 

El blanqueo del tarefero pasa por las empresas contratistas que forman cuadrillas para la cosecha de yerba mate. En ese escenario, en aquel momento inicial del proyecto, no había quien responda por ellos (tareferos), siguen trabajando en condiciones precarias.

 

En el sector forestal, por ejemplo, por exigencias de las certificadoras internacionales las grandes empresas han mejorado sus campamentos forestales a través de sus contratistas.

 

Este avance todavía no se dio en el sector yerbatero. Son el último eslabón, siguen en su lucha y trabajando en condiciones de riesgo, enfrentando situaciones de precariedad laboral.

 

Al 2013 había un relevamiento (empadronado) que indicaba que eran 5.000 tareferos – son 20 mil personas en promedio en el grupo familiar-, trabajadores golondrinas en el sector de la Yerba Mate que podrían mejorar sus condiciones de vida en el campo con este proyecto. Se estimaba que eran muchos más que no querían registrarse para no perder algún otro subsidio o pensiones del Estado nacional que estuvieran percibiendo en aquel momento. Y la realidad es que en la actualidad las condiciones de trabajo no variaron.

 

 

AF:¿Y las contratistas, el INYM, o los municipios, por ejemplo, se interesaron al inicio del proyecto?

 

Participaron en algunas reuniones, pero no pasó de eso. El que se mostró muy interesado en algún momento fue el intendente de Apóstoles, Mario Vialey, que intentó acercar a los establecimientos con esta iniciativa, pero no prosperó el intento.

 

Pero ninguna de las empresas yerbateras de marcas reconocidas de la provincia se acercaron a interiorizarse de la propuesta en aquel entonces, solamente se mostraron interesados desde una yerbatera correntina que ya contaba con un campamento propio mejorado para los tareferos de su molino. Pero ellos tienen un sistema laboral más avanzado, disponen del traslado diario de los tareferos. Nuestra propuesta viene a resolver más la realidad que viven los tareferos del Sur, Centro y Norte de Misiones.

 

 

Las condiciones de trabajo de los tareferos en Misiones

 

Fuente: Extraído del Proyecto Hábitat Nómade

 

La palabra “tarefa” fue aportuguesada de la palabra “tarifa” o “trabajo” y designa a la acción de cosechar la yerba mate y designa también al cosechero como “Tarefero”. Este proceso es el corte de la hoja verde de la Yerba Mate directamente de la planta realizado por cuadrillas en los diferentes campos. Podemos encontrar paralelismos entre el histórico mensú y el actual tarefero encargado de la cosecha de yerba. Algunos autores coinciden en que la relación entre ambos es una descendencia signada por la dureza de su trabajo.

 

 

La cosecha de la yerba mate puede extenderse en la actualidad hasta 10 meses en el año con las debidas precauciones. El período más adecuado comprende los meses que van de abril a septiembre.

 

Los tareferos, hacen el raleo, que consiste en la limpieza de ramas secas y/o podridas que habrán de entorpecer la labor de cosecha posterior. Prontamente se realiza la poda, entre los meses de mayo a junio extrayendo hasta un 60% de hojas y ramas verdes, aptas para su proceso industrial.

 

Luego de las principales heladas y lluvias invernales, se procede al despunte, en el que se extrae el 40% restante del follaje. Finalizada la cosecha en sus diversos pasos, se hace el viruteo, que es una especie de “raleo”, donde se procede a eliminar ramas verdes gruesas que se consideran prescindibles.

 

Cada tarefero, con la poda y el despunte, cosecha una determinada cantidad de yerba verde mejor conocida como hoja verde.

 

Cosechada las ramas, se procede a la quiebra eliminando las más gruesas de otras menores y de las hojas aisladas. Las ramas ya quebradas se colocan sobre amplios lienzos de arpillera denominados ponchadas recogido y atados en sus cuatro extremos constituyendo el raído, el cual es pesado en una balanza anotándose el kilaje cosechado a nombre del tarefero; por la cantidad de kilos cosechado y según el precio de mercado preestablecido para la cantidad de yerba cosechada, cobrara luego una suma determinada.

 

El trabajo que realiza el tarefero es “a destajo”, es decir que su ingreso depende directamente de nivel de producción individual, que aumentara o disminuirá en la medida que se acreciente o no la cantidad que coseche.

 

 

Relación entre productor y el tarefero

 

Desde la instauración de leyes laborales en el sector, la contratación de los tareferos por parte de los productores fue la relación de trabajo más común en el ámbito. Se empleaban cuadrillas de tareferos que vivían en zonas rurales aledañas al campo y conformaban villas. Algunas familias tareferas trabajan como peones dentro de los terrenos del productor y cultivaban pequeñas parcelas con hortalizas y animales de pequeño porte para uso propio.

 

En la década del 80 además de los productores, empresas agroindustriales se encargaban de contratar a las cuadrillas de tareferos. Estas se caracterizaban por la formalidad y estabilidad relativa de los vínculos laborales. El proceso de urbanización no fue ajeno a la provincia de Misiones. En la década de los 90, varias familias de cosechadores se movilizaron a las áreas pericentrales y de riesgo dentro del los tejidos urbanos, en pos de la cercanía con centros médicos, comerciales y lugares de trabajo, prescindiendo de las zonas de cultivo que les daban sustento durante la inter-zafra. Esto dio pie a que se produjera una fuerte sobreoferta regional de trabajo cosechera. En la actualidad, en las localidades yerbateras, una gran cantidad de trabajadores forma parte de un grupo de desocupados durante la inter-zafra.

 

 

El rol del contratista

 

Aparece otro actor en el proceso productivo encargado de ser el nexo entre tareferos y productores/agroindustriales: los contratistas de mano de obra.

 

En la actualidad el productor, en lugar de realizar la tarea por sus propios medios, recurre a una empresa de servicios y contrata una cuadrilla de tareferos. Modus operandi comparativo por las agroindustrias.

 

De ese modo, estos actores, ya no participan directamente en el mercado de trabajo para la cosecha, sino en un mercado de servicios, mostrando una tendencia a sustituir las formas tradicionales de contratación y empleo directo.

 

Lo contratistas tienen distintos orígenes:

 

En algunos caso se trata de personas que anteriormente trabajaban en relación de dependencia con el secadero, en calidad de administradores, estableciendo acuerdos con los colonos dueños de los yerbales o gestionando el manejo del personal de cosechas.

Por otro lado se han identificado algunos contratistas que eran chóferes de los transportes que trasladaban tareferos.

Ex capataces de cuadrillas que en una época comenzaron como tareferos y después de años de trabajo vieron la posibilidad de “progreso”.

 

 

El tamaño del grupo de contratista puede variar de entre los que disponen de dos o tres, 15 a 30 tareferos cada una.

 

“Los factores que permitieron a algunos los agentes contratistas ofrecer precios convenientes por el servicio de cosecha y asegurar la rentabilidad de su empresa de subcontratación han sido en primer lugar, los salarios deprimidos que aceptan los cosechadores allí donde se concentran miles de oferentes de fuerza de trabajo desocupados. En segundo lugar, el empleo clandestino que permite eludir los costos patronales de la contratación formal, aportes a la seguridad social, contratación de A.R.T. Y por último las diferentes modalidades de fraude en el pago de los salarios, eso seria, pago con mercadería sobrevaluadas, pago parcial, no pago. Cabe aclarar que estas prácticas anteriormente fueron llevadas a cabo por productores y agroindustrias pero prescindieron de ellas al acumularse juicios laborales en su contra. Plantaciones, en las que las condiciones de trabajo varían en su calidad, pero en la que ya no se registran condiciones de esclavitud.” (Wikipedia)

 

 

 

Características técnicas del diseño del “refugio móvil” para tareferos

 

 

 

Proyecto Hábitat Nómade

Ubicación: Yerbales de la Provincia de Misiones

Proyecto: ENNE Arquitectura – Matías Taborda – Gerardo Esteche Proyecto iniciado por Gerencia de Empleo Misiones. MTySS Nación: Arq. Carlos Marcial

Asesores: Gerencia de Empleo. Cdor. Jorge Castuariense, Antropólogo Alberto Bis

Instalaciones y Sustentabilidad: ATP, Asesoramiento Técnico Profesional

Ingenieros: Fabio Crespo y Jorge Rojas

Diseño y Comunicación Visual: Lic. Fabricio Micheli

Colaborador: Antonio Luis Faifer

Colaboración especial fase investigativa: Melisa Colome y Pablo Derendinger (FAUD-UNC)

 

 

El refugio se estructura en tres espacios, caracterizados cada uno de ellos por las funciones que desempeña. Áreas de dormir, estancia y servicios.

 

Dormir: espacio provisto con cuatro camas, de dimensiones necesarias para albergar a igual número de personas y que garanticen el volumen de aire necesario. Los cerramientos, aislados térmicamente junto a la disposición enfrentada de aberturas y telas mosqueras, permiten lograr el confort térmico interior y libre de insectos, independientemente de la estación del año.

 

Estancia: este se caracteriza por ser un gran espacio semi-cubierto donde llevar a cabo las actividades de grupo. En el diseño de este es dónde se busco respetar al máximo el comportamiento antropológico del habitante rural, producto de la apropiación del espacio en los campamentos y en la arquitectura doméstica. En estos ámbitos a consecuencia del clima local, la mayoría de las actividades son llevadas en las galerías (espacio semi-cubierto). Por tal razón la superficie de este es la mayor, 71% del total, dejando el restante a las áreas de dormir, servicios y guardado. Aquí pueden llevarse actividades de grupo como el almuerzo o cena, cocción de alimentos, reunirse y matear junto al fogón, o simplemente protegerse del sol y las lluvias.

 

Servicios: uno de los objetivos del programa es la incorporación de conocimiento, en nuevos usos y tecnologías, destinado a todos los beneficiarios de él. En el sector servicios se establecen estas novedades, que serán transmitidas mediante capacitaciones a los beneficiarios. Esta compuesta por los equipamientos de higiene sanitaria, cocción de alimentos, guardado de utensilios y herramientas, y los gabinetes de gas y tanque de reserva. Usos, algunos, que no existen en los campamentos, y los que sí, ahora originados con otras tecnologías.

La higiene sanitaria se compone de dos boxes, uno de ducha y otro de inodoro, abastecidos por un tanque de reserva incorporado al refugio. La ducha, para un mayor confort, posee agua fría y caliente. Esta última es generada a través de una red de gas en garrafas. En ambos boxes, para un mejor mantenimiento e higiene, tanto paredes como pisos, están revestidos en acero inoxidable.

 

Cocción de alimentos, el refugio cuenta con la instalación de una hornalla alimentada a gas, para la cocción en los días de lluvia. En cuanto el clima lo permita, se realizara a través del fogón, como actualmente. Pero ya previendo la instalación de escapes y requisitos que prevé la ley 26.727, en su artículo 5to, inciso A.

 

Guardado de bienes personales, utensilios y herramientas: cada refugio cuenta con mobiliario de madera para el guardado de los bienes personales y herramientas. También interesa el acopio de los alimentos de manera segura. La forma en que hoy esta se realiza, no garantiza el cuidado de ellos y se echan a perder en poco tiempo, agravado muchas veces por las inclemencias del tiempo. Refuerza esta idea la incorporación de una mini heladera, que funciona a gas, que permite conservar alimentos en frío y obtener agua fresca y hielo.

 

Además, cada refugio, posee sala de máquinas donde se alojan las garrafas (gas envasado) y el tanque de reserva que provee el agua potable. Cada una de ellas se describirá al hablar de las instalaciones especiales.

 

Acondicionamiento climático


Con el diseño se busco optimizar el control pasivo del clima local. Los recursos aquí utilizados son las galerías, ventilaciones cruzadas y tapones térmicos. El espacio semi-cubierto, que deberá en todos los casos orientarse al norte, permite el sombreamiento de las fachadas aquí orientadas. Este, junto al espacio central abierto, permite canalizar las ventilaciones cruzadas en las demás dependencias. Complementa esto el tapón térmico de los servicios orientados al oeste y el sobre techo, que genera el alero de la galería, sobre el techo del refugio. La circulación de aire entre estos dos, permite sacar el calor que allí se genera, aislando de manera natural los dormitorios. Complementan, de manera activa, la aislación de poliuretano inyectado, en techos y paredes que permite el control climático interno.

 

 

 

Operatividad


El traslado y manipuleo del refugio, desde su lugar de acopio hasta la posición final, se realiza según los siguientes pasos:

·Trasladado al lugar mediante un tráiler, que puede ser estirado por una camioneta, camión o tractor.

·Frenar y nivelar el refugio, mediante los apoyos incorporados. Luego desplegar la cubierta de cierre.

·Apertura del piso para la expansión semi-cubierta, nivelar y anclar. Proceder, en caso que fuese necesario, a la conexión de los servicios.

·Despliegue final de la cubierta de la galería.

Es importante controlar, antes de salir al campo, el nivel de reserva de agua y gas.

 

 

Agrupamiento


Cuando la demanda de trabajo, debido a las extensiones del campo, se necesite de más de un refugio para atender a los trabajadores, estos podrán agruparse. El agrupamiento de los refugios se da por los semi-cubiertos, de esta manera se duplica y unifica esta superficie, para las actividades de grupo. Se deben agrupar de a pares, y la organización interna se definirá en el lugar, de acuerdo al número y sexo de los trabajadores.

 

 

 

Instalaciones especiales

 

Abastecimiento de energía eléctrica convencional y solar: el abastecimiento de energía eléctrica será autónoma a través de un sistema de energía solar el cual utiliza un banco de baterías que se recargan a través de un módulo fotovoltaico. El sistema se completa con un transformador de corriente continua a alterna, lo que permitirá el uso de cualquier electrodoméstico. Se prevé también la posibilidad de conectarse a cualquier red de electricidad rural, que pase cerca de la localización.

 

Abastecimiento de agua: El abastecimiento de agua potable se hará por medio de un tanque de reserva incorporado al refugio, que se llena antes de su salida al campo, este tiene una capacidad de 500 litros. Para los casos que fuese necesario, quedarse por más días, se prevé la instalación de una bomba de agua de bajo consumo a diafragma, que permita tomar el agua de alguna vertiente natural para el llenado del tanque. El agua caliente, se abastecerá a través de una red de gas en garrafas.

 

Gas, refrigeración y cocción de alimentos: este junto a la, provisión de agua fresca y hielo, serán generados en una mini heladera que puede trabajar tomando energía de la red, del equipo autónomo solar o a gas. Tanto las garrafas como las heladeras forman parte del refugio, y son parte del equipamiento.

 

Eliminación de aguas servidas: como se prevé que siempre el refugio ocupe el mismo lugar, en el campo que vaya a servir, lo conveniente por razones de economía es generar allí un pozo absorbente. De modo que el refugio se conecte al mismo cada vez que sea utilizado. En la ubicación de este deberán tenerse en cuenta que se encuentre alejada de las plantaciones, cursos de aguas, etc. Para poder evita cualquier riesgo de contaminación.

 

 

 

 

 

 

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