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COP28 | Se requiere implementar urgentes acciones estratégicas en el Chaco y el Pantanal para evitar un mayor impacto climático, advierten desde la WWF Paraguay

«Se registran niveles bajos de humedad, problemas en los grandes ecosistemas que regulan nuestra vida en Latinoamérica, como el Amazonas, el Chaco o el Pantanal, y frente al retraso de las lluvias, estamos creando las condiciones perfectas para el desastre», explicó Oscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF Paraguay.

 

Fuente: WWF Paraguay

 

DUBÁI, Emiratos Árabes Unido (11/12/2023).- Oscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF Paraguay, alertó en un evento paralelo organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) en la COP28, sobre los impactos cada vez más evidentes de la crisis climática en ecosistemas clave de América Latina, como el Chaco y el Pantanal, los cuales podrían empeorar si no se toman acciones urgentes.

Uno de los efectos más notorios fue la ocurrencia de mega incendios de alta complejidad, prácticamente incontrolables, que azotaron la región desde 2019.

Oscar Rodas durante una expedición de Colosos de la Tierra organizadas en Paraguay

Según Rodas, análisis científicos de riesgo climático realizados por WWF revelan que, en el Chaco y el Pantanal, regiones contiguas, las lluvias de primavera se están retrasando año tras año.

«Esto no es un mensaje de activismo ambiental, sino una conclusión respaldada por la ciencia. Hemos colaborado con científicos de la Universidad de Columbia, Nueva York, quienes analizaron 30 años de datos de estaciones meteorológicas en Paraguay. Han llegado a la conclusión de que las lluvias que solían llegar al Chaco paraguayo a principios de octubre ahora se están retrasando dos o tres semanas, e incluso meses», dijo.

«Este retraso es un hecho matemático. Si sumamos niveles bajos de humedad, problemas en los grandes ecosistemas que regulan nuestra vida en Latinoamérica, como el Amazonas, el Chaco o el Pantanal, y el retraso de las lluvias, estamos creando las condiciones perfectas para el desastre», explicó.

En relación a esto, señaló además que en Paraguay no se cuantifican las emisiones de los grandes incendios, ya que no se dispone de una metodología científica para comprender cuánto liberan estos mega incendios a la atmósfera. Esta incertidumbre representa un desafío considerable para las estrategias de acción climática a nivel nacional.

El representante de WWF Paraguay fue panelista en un evento paralelo organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) en la COP28 de clima, celebrada en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.

En este evento, también estuvieron presentes Florencia Mitchell, directora de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina, y Mailén Saluzzio, gerente del Programa Internacional de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).


Pérdida de bosques, biodiversidad y cambio climático

Oscar Rodas explicó que, en Paraguay, la tasa de pérdida de ambientes naturales, principalmente bosques, ha promediado las 325 mil hectáreas por año en los últimos 25 años.

Esta cifra experimentó una ligera disminución entre 2014 y 2017, cuando el país recibió pagos por resultados del Fondo Verde del Clima, como reconocimiento por la implementación de políticas y medidas destinadas a reducir la deforestación, lo que implicó asignaciones por 50 millones de dólares.

La mayor pérdida de bosques en Paraguay se registra en el Chaco y Pantanal, no solo por motivos productivos, sino también por especulación, lo que ha llevado a grandes extensiones deforestadas donde, por ejemplo, el número de cabezas de ganado es mínimo.

«En cuanto a la regulación del ordenamiento de la tierra y los impuestos inmobiliarios en nuestros países, aún hay una necesidad considerable de reformas. De lo contrario, nuestras futuras generaciones podrían encontrarse con que los propietarios de tierras están guiados por intereses que van más allá de nuestras fronteras», enfatizó.

En este sentido, Rodas destacó la necesidad de ir más allá de las licencias ambientales para operar, instando a implementar una evaluación ambiental estratégica para el Chaco y el Pantanal.

«Debemos comprender la interconexión entre estas regiones y otras, como el Amazonas o los Andes tropicales, que también están experimentando desequilibrios. De lo contrario, nos enfrentaremos a un escenario que superará nuestra capacidad de adaptación y nos sumergirá en lo que aquí se denomina «pérdidas y daños»», advirtió.  

En cuanto a los avances, Rodas resaltó la inclusión de soluciones basadas en la naturaleza en la actualización de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) de Paraguay, gracias al trabajo de la coalición Por los Bosques, conformada por más de 60 organizaciones de la sociedad civil, entre ellas WWF Paraguay.

“Se menciona el concepto de soluciones basadas en la naturaleza, pero aún no se ha materializado completamente. Aquí, junto al Banco Verde CAF, el Ministerio de Ambiente de Argentina y Aapresid, tenemos la oportunidad de darle una forma tangible a esas soluciones basadas en la naturaleza», agregó.

Florencia Mitchell, por su parte, subrayó la importancia de no perder de vista la adaptación a nivel regional, destacando su relevancia para los países de América Latina y el Caribe.

Asimismo, hizo un llamado a considerar la región como un conjunto de ecosistemas diversos y vitales, señalando: «Parece que solo somos Amazonía, pero en realidad somos mucho más: Chaco, Patagonia, Pampa, pastizales, humedales. Por tanto, debemos abogar por la protección de estos otros ecosistemas igualmente importantes para la región».

Por su parte, Mailén Saluzzio, explicó que el trabajo de Aapresid se enfoca en promover sistemas de producción sostenible de alimentos, fibra y energía, además de la gestión del conocimiento en red, generando espacios permanentes de intercambio y colaboración para mejorar los sistemas productivos en la zona.»

 

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