Por Patricia Escobar
@argentinaforest
Video completo – Simposio cadenas de valor forestal sostenibles para lograr economías más resilientes, inclusivas y carbono-neutrales
MENDOZA (28/3/2023).- En la segunda jornada del VIII Congreso Forestal Latinoamericano (CONFLAT) y V Congreso Forestal Argentino que se realiza en la ciudad de Mendoza, junto a las Comisiones Nacional e Internacional de Álamos, realizaron un Simposio internacional que contó con el apoyo de la representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Argentina sobre cadenas de valor forestal sostenibles para lograr economías más resilientes, inclusivas y carbono-neutrales ante los desafíos globales ambientales.
El congreso fue organizado por el Gobierno de Mendoza, el Consejo Federal de Inversiones (CFI), la Asociación Forestal Argentina (AFoA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), bajo el lema “El rol vital del bosque en tiempos complejos y cambiantes”, abarcando los siguientes ejes: cambio climático, ecología, biodiversidad y genética forestal, sostenibilidad social y educación forestal, biometría, silvicultura e innovación productiva y competitividad económica.
Siguieron el simposio de cadena de valor de manera virtual de diversos países de Latinoamérica, Francia, Italia, España, entre otros. Uno de los promotores de la organización de este encuentro fue Esteban Borodowski, referente argentino y representante de la Comisión Nacional del Álamo, espacio institucional que pasó a conformar la Comisión Nacional de Plantaciones Forestales.
«En el simposio se expuso el estado de situación de las cadenas productivas de la madera en América latina y cómo ante los nuevos desafíos que se presentan, avanzan los mecanismos existentes de intercambio de conocimientos entre países, mostrando estas experiencias y las lecciones aprendidas», precisó Borodowski en diálogo con ArgentinaForestal.com.
Entre los mecanismos internacionales se presentó las experiencias de la Comisión Internacional del Álamo y otros Árboles de Crecimiento Rápido que Sustentan a la Población y al Medio Ambiente (IPC) de FAO. «Esta Comisión, producto de la incorporación de otras especies forestales en su ámbito de trabajo y de su reciente reforma en sus objetivos, es actualmente un mecanismo Internacional de FAO apropiado para el trabajo mancomunado de los países en el intercambio de conocimientos, experiencias y saberes para enfrentar los nuevos desafíos y dar respuesta a las necesidades actuales de la sociedad», agregó el funcionario argentino.
El simposio inició con la charla magna de Vincent Gitz: “Debemos hablar de bioeconomía circular, reemplazando el modelo lineal de producción de la madera, lo que significa una intensificación de la creación de valor por hectárea, una mayor eficiencia de los recursos y crear más puestos de trabajos en cada parte del proceso. Esto requiere eficiencia en los materiales usados”, explicó el director de Plataformas y Alianzas para América Latina del Centro Internacional de Investigación Agroforestal CIFOR-ICRAF.
Según el investigador, «no hay que trabajar en los bosques sino en la cadena de valor”. ¿Cómo llegar a esto?. Gitz propuso tres áreas de acción:
1) estructurar las cadenas de valor de la madera y los productos forestales no madereros, optimizando la coincidencia del producto de madera con los usos e integrando el diseño del producto con su posibilidad de reutilización y reciclaje;
2) aprovechar el potencial de producción a corto plazo construyendo una agenda sólida de bosques plantados;
3) desarrollar políticas nacionales, internacionales, de investigación e innovación.
La necesidad de integración de la biodiversidad en el sector forestal ha sido abordada por la FAO y el CIFOR, en un estudio en el que se evalúan buenas prácticas y soluciones que equilibran la conservación y el uso sostenible de los bosques. Se describen ocho estudios de caso de países, se examinan los progresos realizados y se esbozan las herramientas técnicas y políticas disponibles para los países y las partes interesadas para integrar eficazmente la biodiversidad en la silvicultura.
Los bosques proveen servicios ecosistémicos esenciales para el bienestar humano, ya que permiten asegurar el suministro de agua, proporcionar espacios recreativos, mitigar el cambio climático, entre otros. La gestión sostenible de todos los bosques es crucial.
Los paneles propuestos fueron moderados en la mañana por Luis Olmos, director nacional de Foresto-industria, y la apertura de bienvenida estuvo a cargo del subsecretario de Agricultura de la Nación, Delfo Buchaillot y por la FAO Argentina y Uruguay, Jorge Meza.
“Es necesario detener la deforestación y la degradación forestal, restaurar los bosques y territorios degradados y fomentar la utilización sostenible de estos», expresó el representante de la FAO durante la apertura del simposio. Y agregó: “Pero adicionalmente es importante la construcción de cadenas de valor forestal sostenibles, es decir, no solo preocuparse del recurso bosque, sino también, de todos los elementos que constituyen la cadena de valor, desde las semillas y las técnicas silviculturales, hasta el usuario y su comportamiento en la selección y uso de productos que provienen de los bosques, e incluso de sus servicios ecosistémicos. Este evento busca una reflexión más profunda entorno de las cadenas de valor forestales”, remarcó Meza en su mensaje.
“Las diversas crisis de escala planetaria constituyen una grave amenaza y se ha traducido esto en una mayor sensibilización sobre los principales riesgos o deficiencias de los sistemas sociales y económicos, principalmente sobre la relación de la humanidad y la naturaleza, y sus efectos. Es allí donde el mundo necesita soluciones también a escala planetaria, más eficaces en función de los costos, inclusivas y equitativas, y que puedan aplicarse con celeridad”, dijo el representante de FAO.
«Detener la deforestación, la degradación, restaurar bosques y territorios degradados es clave de fomentar, pero adicionalmente es importante la construcción de cadena de valor forestal sostenible». Jorge Meza, representante de FAO Argentina y Uruguay
No solo preocuparnos del recurso de bosques, sino todos los bienes y servicios ecosistémicos provenientes de los bosques, desde la semilla hasta el usuario.
En este contexto, el evento apunto a un dialogo positivo en la búsqueda de conclusiones importantes.
Avanzaron con dos paneles, con expertos y representantes de países de la región, quienes compartieron opiniones, comentarios y experiencias. Continuaron Thaís Linhares-Juvenal, líder del equipo de silvicultura sostenible, innovación e inversión en cadenas de valor de Naciones Unidas FAO, especialista forestal y secretaria de la Comisión Internacional del Álamo y otros Árboles de Crecimiento Rápido que sustentan a la Población y al Medio Ambiente (CIA).
Al respecto, Linhares-Juvenal. comentó “Es clave aprovechar el potencial de los árboles de rápido crecimiento en el proceso de la bioeconomía. Hablamos de aquellos cultivados en rotaciones cortas (3 a 25 años), que son de fácil propagación a partir de esquejes, son adecuados para el cultivo intensivo para la producción de biomasa para bioenergía, biocombustibles y bioproductos y tienen facilidad de hibridación entre especies”.
Thaís Linhares-Juvenal, representante de FAO
La experta expuso en la primera parte del simposio, sobre «Bosques plantados de rápido crecimiento: bases científicas y lecciones aprendidas para una forestería sostenible e inclusiva» y remarcó que “los árboles de rápido crecimiento se pueden utilizar en asociación con varios tipos de cultivos y con el ganado, y ofrecen beneficios tales como microclima favorable, mejoran la fertilidad del suelo, reducen la velocidad del viento y aumentan la humedad relativa para cultivos poco plantados, y aumentan la biodiversidad”.
En Argentina, la cifra oficial de bosques cultivados de especies de rápido crecimiento, como son el pino, eucalipto, álamos y salicáceas, alcanza 1,3 millones de hectáreas plantadas, concentradas en mayor medida en la región de la Mesopotamia y Delta del Paraná. A su vez, en diversas provincias del país, la industria forestal es motor de desarrollo en el territorio, con múltiples beneficios sociales, ambientales y económicos.
Los bosques de América Latina y el Caribe juegan un papel clave en la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad. Alrededor del 22% de los bosques del mundo se ubican en esa región, mientras que en América del Sur se encuentra el mayor bloque de bosque tropical del mundo, en la cuenca amazónica, que comprende una enorme diversidad de especies, hábitats y ecosistemas.
“El uso responsable de los recursos naturales es un componente esencial del desarrollo sostenible, y la gestión forestal es una herramienta para lograrlo. Los productos madereros producidos de manera sostenible y legal y sus cadenas de valor son una fuente confiable de material renovable neutral en carbono al tiempo que contribuyen a los medios de vida”, concluyó Linhares- Juvenal.
Seguido, por Argentina, Esteban Borodowski, expuso el director de Producción Forestal (DNDFI-Agricultura) y Teresa Cerrillo, Líder del Grupo de Trabajo sobre Recursos Genéticos de la IPC; y cerró Jaime Venegas Norabuena, de Chile.
Analizaron sobre las plantaciones de rápido crecimiento: bases científicas y lecciones aprendidas para una forestación durable e inclusiva La Comisión Internacional del Álamo y otros Árboles de Crecimiento Rápido que Sustentan a la Población y al Medio Ambiente.
Thaís Linhares-Juvenal marcó la importancia de entender el rol que las especies de rápido crecimiento pueden tener en los paisajes forestales sostenibles y en el proceso de la bioeconomía. Estas especies de árboles tienen rotaciones cortas (3 a 25 años), con rotaciones de arboricultura (8 a 30 años), destinados para la producción de biomasa, biocombustibles, etcétera.

Visión pública de países del Sur forestal
El segundo panel, fue de participación virtual de representantes del sector público de México, Paraguay, Uruguay, Panamá, y Guatemala, mientras que por Argentina expuso Sabina Vetter, directora nacional de Desarrollo Foresto-industrial. del Ministerio de Agricultura de la Nación.
«En la mesa redonda de Directores de Bosques, con la participación de Argentina, Uruguay, Paraguay, Panamá, México y Guatemala se expuso el estado de situación de las plantaciones forestales en sus países, y se reflexionó sobre como ven a las mismas frente a los nuevos desafíos ambientales y las necesidades de la sociedad. Además, sobre las posibilidades de intercambio de conocimientos y experiencias entre los países, principalmente de América Latina», resumió Borodowski.
En Argentina, la cifra oficial de bosques cultivados de especies de rápido crecimiento, como son el pino, eucalipto, álamos y salicáceas, alcanza el 1,3 millones de hectáreas plantadas, concentradas en mayor medida en la región de la Mesopotamia y Delta del Paraná.
En diversas provincias del país, la industria forestal es motor de desarrollo en el territorio, con múltiples beneficios sociales, ambientales y económicos.
Seguido a Vetter, expusieron un panorama actual y perspectivas futuras para el desarrollo de las cadenas productivas de la madera en América Latina y los mecanismos para el avance de la ciencia y el intercambio de conocimientos, experiencias exitosas y lecciones aprendidas, de Paraguay participó Cristina Goralewski, presidente del INFONA; por Uruguay, Carlos Faroppa; por Panamá, Víctor Cavadid; por México, Pedro Antonio Plateros Gastelum y Alberto Julián Escamilla Nava, y por Guatemala, Martir Vasquez.
Este panel fue moderado por Thaís Linhares-Juvenal, quien al cerrar el encuentro del primer panel sostuvo que “el uso responsable de los recursos naturales es un componente esencial del desarrollo sostenible y la gestión forestal es una herramienta para lograrlo. Los productos madereros producidos de manera sostenible y legal y sus cadenas de valor son una fuente confiable de material renovable neutral en carbono al mismo tiempo que contribuyen a los medios de vida” , expresó en el Congreso Forestal Latinoamericano.
En tanto, por la tarde, el Simposio abordó la temática, continuando Thaís Juvenal en un panel con una exposición sobre Cadenas de Valor de Madera Durable y la Iniciativa “Madera Durable para un Mundo Durable” (SW4SW).
Seguido, sobre Oportunidades y desafíos para la expansión de las cadenas de valor de madera sostenibles e inclusivas en América Latina, expuso Marcelo Aflalo, Núcleo da Madeira, Brasil.
Sobre la promoción de la madera sostenible en los mercados internacionales, fue la charla de Jorge Eke, de Precious Woods, Brasil-Gabon; Plantaciones forestales y la diversificación de las cadenas forestales de madera a cargo de Jorge Ferreyros, Gerente de Operaciones, CoreLite, Ecuador.
Por Argentina, expuso sobre los desafíos para la organización de una cadena de valor de madera para construcción inclusiva, Diego García Pezzano, de la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial, Argentina, y cerró con una conferencia sobre “La cadena de valor de la madera y las alianzas forestales”, Carlos Alberto Bernardi, de Klabin Brasil
El panel fue moderado por Esteban Borodowski.