Esta mujer rionegrina va ganando un liderazgo en gestión ambiental en la Argentina. Creció en la localidad de Río Colorado, rodeada de ríos, chacras, acequias, frutales y salidas al aire libre, con familia y amigos que completaban la escena. Desde entonces, sus convicciones allanaron el camino hacia la actividad forestal. Es ingeniera forestal., con maestría en Gestión Ambiental. Hoy reside en la provincia de Corrientes, en el cargo de Jefa de Medio Ambiente Salud y Seguridad Ocupacional de POMERA Maderas, lugar donde implementa los sistemas de gestión ambiental, social con la comunidad e internamente con operarios forestales.
Fuente: AFoA
BUENOS AIRES (4/2/2022).- La Asociación Forestal Argentina (AFoA), promueve un espacio en sus plataformas digitales para dar a conocer el trabajo, profesionalismo y desempeño en las distintas áreas de la cadena de valor de la foresto-industria de las mujeres que son protagonistas del desarrollo de la industria forestal del país.
Sostienen que las #MujeresForestales brillan en tareas de investigación, se animan a concebir negocios silvopastoriles en tierras inhóspitas, manejan camiones y maquinaria pesada, son combatientes del fuego, ingenieras forestales y agrónomas, trabajan en viveros, dirigen empresas y sobre todo, se animan siempre a más, señalan desde AFoA.
En este tercera entrega de #MujeresForestales, comparten la historia de Griselda Guarino, quien se desempeña en la empresa Pomera Maderas, del Grupo INSUD. “Un amor por la naturaleza que la acompañó desde la infancia y marcó su destino”, resumen en el artículo.
La naturaleza siempre fue parte fundamental de la vida de Griselda. Nacida en el sur del país, en Río Colorado, Río Negro, provincia argentina en la que abunda la belleza sin filtros, los animales son vecinos en las extensas tierras, los paisajes son generosos y la naturaleza es protagonista de la vida misma.
Esta mujer rionegrina creció rodeada de ríos, chacras, acequias, frutales y salidas al aire libre, con familia y amigos que completaban la escena. En semejante entorno natural, sus padres la motivaron a la lectura y a la voracidad por aprender.
Estudiar, leer, jugar, disfrutar, viajar y muchos otros verbos infinitivos fueron menesteres habituales para enseñarle valores y la confianza para seguir adelante. “Me otorgaron la enorme posibilidad de dar continuidad a mi formación educativa optando por estudiar lo que me guste, algo que valoraré por siempre” recuerda y se emociona.
Lista para encarar su estudio universitario, fue la ciudad bonaerense de La Plata la que la recibió para iniciar su carrera como Ingeniera Agronómica, pero la vida le tenía una sorpresa bajo la manga y un viaje de estudios le cambiaría su vida para siempre, para dedicarse a ser Ingeniera Forestal.
“Uno de los mayores aprendizajes durante los estudios fue que el manejo forestal sostenible de los bosques era la forma de producir manteniendo este recurso, su entorno natural y social por siempre” afirma la profesional, con el conocimiento y cuidado de quien sabe lo que dice, porque lo ha visto y experimentado.
Hoy, a sus 43 años, es Jefa de Medio Ambiente Salud y Seguridad Ocupacional de Pomera Maderas, y es la empresa desde donde puede unir su amor y respeto por el medio ambiente, y su manejo responsable, con la filosofía empresarial de una compañía que recientemente logró su tercera re-certificación alcanzado 15 años ininterrumpidos de manejo forestal bajo los estándares del Forest Stewardship Council®i (FSC®).
Este amor y cuidado hacia los bosques y su adecuado manejo se cruzó en su camino avanzados los años 90´ y comienzos del 2000 cuando conoció la certificación FSC.
“Se trata de una certificación internacional, de las más reconocidas a nivel mundial. Además, es voluntaria, no hay ninguna obligación, debe ser política de la empresa y partir desde la intención de querer hacerlo», explica Griselda.
En su relato, evoca ese momento de inflexión: “En un principio parecía difícil de alcanzar y sobre todo de implementar en los bosques de Argentina. Sin embargo, una vez recibida y habiendo realizado una práctica profesional en Biometría Forestal en la UNLP, partí a Salta a hacer realidad mi anhelo de trabajar en el manejo de bosques nativos certificados FSC».
En aquel momento, su ejercicio laboral era en GMF Latinoamericana SA., una compañía argentina de capital suizo-alemana de innovadora visión. “El desafío fue muy grande en lo profesional y siempre agradeceré la confianza que depositaron en una mujer forestal para llevar adelante los inventarios forestales, los planes de manejo, la cosecha y operaciones forestales, la capacitación a operarios forestales, y la implementación del sistema de certificación», sostuvo la ingeniera Guarino.
En ese momento el mundo forestal nativo y el trabajo de campo en el norte de Argentina contaba con poca participación de profesionales mujeres, lo cual fue un desafío importante también en ese sentido. “Como jefa de manejo forestal en esta compañía tuve durante los 9 años de trabajo innumerables retos que pudieron llevarse adelante formando parte de un gran equipo y con mucho respeto”, completa.
La innovación siempre acompañó el desarrollo profesional de esta enamorada de la naturaleza y fue así como en 2006 se sumó el proyecto forestal Santo Domingo de fijación de carbono MDL (Mecanismo de Desarrollo Limpio) en la provincia de Corrientes, en donde formó parte desde sus inicios hasta 2013.
“Fue el primer proyecto de fijación de carbono con bosque en todo Latinoamérica. Un tema que ya se comenzaba a instalar en ese momento y que actualmente forma parte fundamental de las principales acciones para mitigar los efectos del cambio climático”.
La vida aún tenía más para sorprenderla y ya en pareja con Heinrich y su hijo Baltazar, buscaron un cambio de rumbo profesional, siempre en la misma línea del manejo sostenible de bosques. Un recorrido que la llevó a su actual cargo en Pomera Maderas, en Corrientes, enfocada principalmente en la implementación de sistemas de gestión social, ambiental, S&H y normas FSC.
Ya con 8 años de trayectoria en esta compañía, también pudo dedicarse nuevamente al estudio y realizó cursos de post grado y la Maestría en Gestión Ambiental en la FCEQyN de la UNAM.
“Una parte fundamental de mi trabajo, que honro y agradezco poder llevar adelante, tiene que ver con la implementación de los sistemas de gestión ambiental, social con la comunidad y e internamente con operarios forestales. Se llevan adelante los monitoreos ambientales y sociales que nos permite una mejora continua”, explica con entusiasmo Guarino.
Se destacan los Programas Ambientales de Conservación de Fauna – integrado por el Programa de Conservación de Venado de las Pampas y el Programa de Monitoreo de Fauna en Red, que aúna voluntades y crea alianzas con reconocidas organizaciones científicas (CONICET-CECOAL) y ONG (Fundación Rewilding) para generar un impacto positivo ambiental y social.
El Programa promueve la restauración de los ecosistemas naturales de la región del Iberá, un paraíso natural y han recibido tres premios al liderazgo Sostenible: el Green Apple Awards, el de la Cámara Franco Argentina y también el de la Cámara Argentino Británica.
En paralelo, un aporte fundamental en el que puede sembrar sus valores en otros niños, enseñándoles el amor por la naturaleza y por el aprendizaje, la curiosidad y las ganas de saber más, tal como se los enseñaron a ella sus padres, tiene que ver con el Programa Educativo dirigido a los centros educativos ubicados en las localidades vecinas a los campos forestales.
“Hace más de diez años que se realiza este programa y hemos llegado a 14 escuelas y más de 7000 niñas y niños. Inclusive en pandemia logramos llegar – de forma digital – a 35 escuelas y 1800 alumnos y alumnas, brindándoles contenidos enfocados en el cuidado del ambiente, el manejo forestal sostenible y el entorno natural”, detalló la profesional.
“El buen manejo de los bosques, su conservación y la restauración de los ecosistemas naturales tienen un rol fundamental en la crisis climática que estamos atravesando. La proyección a futuro desde lo profesional y personal es seguir contribuyendo y aportando al manejo sostenible de los bosques, a promover la implementación de buenas prácticas y programas que permitan gestionar de manera responsable los recursos naturales, y contribuir a mitigar los efectos del cambio climático y el bienestar social. Más que nunca necesitamos sumar esfuerzos para hacer del lugar que habitamos un mundo mejor”, finaliza Griselda, convencida, satisfecha, segura, inquieta y siempre defensora de los bosques y de toda la biodiversidad y cadenas de valor que de ellos se desprenden.