El Consorcio Forestal Corrientes Norte (CFCN) cumplió 30 años de existencia. Comenzaron sus actividades con ocho empresas y 50 mil hectáreas, pero en la actualidad está integrada por 17 empresas (viveros, forestales, foresto industriales y de servicios) con una superficie de 370 mil hectáreas plantadas entre Misiones y Corrientes, y una en Paraguay. Entre ellas, generan más de 8.500 puestos de trabajo en forma directa en toda la cadena de valor. Sus principales desafíos, la comunicación con la sociedad y la sostenibilidad ambiental de la actividad.
Por Patricia Escobar
CORRIENTES (11/08/2014).- El Consorcio Forestal Corrientes Norte (CFCN) -que nuclea a 17 empresas forestales desde Paraguay, Misiones y Corrientes- celebró sus 30 años de existencia con una jornada técnica abierta al público en general, realizada en la sede del Instituto Agrotécnico «Víctor Navajas Centeno» de la localidad de Gobernador Virasoro (Corrientes).
La jornada se llevo a cabo el miércoles pasado y convocó a representantes del gobierno de Corrientes, ejecutivos de empresas de la región NEA, profesionales, representantes de instituciones educativas, organizaciones ambientales, asociaciones forestales, y también a técnicos de organismos públicos (Inta, Ministerio de Trabajo de la Nación, Ministerio de Agricultura, entre otros).
En una cobertura especial de ArgentinaForestal.com del encuentro, el presidente del Consorcio y directivo de Empresas Verdes Argentinas (Evasa), Adrián Vogel, junto al coordinador Fernando Degiorgi, se refirieron a la historia que respalda la creación del CFCN, marcaron la evolución productiva lograda en la región del NEA y también expusieron los desafíos de sustentabilidad que enfrenta la actividad, focalizando en el aspecto social y ambiental.
“Fueron visionarios los que crearon este Consorcio, un espacio que surge de la necesidad de juntarse para analizar los problemas comunes en el sector forestal, intercambiar experiencias y viendo las dificultades que se enfrentaban en el sector en general. Después, las nuevas generaciones que llegaron y se fueron incorporando a la actividad, siguieron con el legado que nos transmitieron”, dijo Vogel.
El Consorcio realiza en forma anual un programa de visitas a las empresas socias -tradicionalmente llamado de “tranqueras abiertas”- que tiene por objetivo transferir a la región el conocimiento que adquirieron en material genético, manejo de plantaciones e innovación.
“Entendemos que tenemos un compromiso con el crecimiento de la región y, por ello, transferimos los conocimientos disponibles entre todas las empresas. En la actualidad, y cumpliendo 30 años, damos otro paso, nos abrimos a la comunidad en general para mostrar cómo trabajamos y qué visión tenemos del negocio, de manera que tengan información de primera fuente sobre las prácticas productivas forestales, de las fortalezas que tiene este sector y de los logros alcanzados en estos años”, remarcó Vogel.
En esa línea, agregó que organizaron este encuentro “invitando a gente amiga, a instituciones del sector, pero además a representantes de organismos oficiales de diferentes áreas, organizaciones civiles ambientales, instituciones educativas, cámaras empresarias, para compartir una jornada de transferencia técnica”.
Por otra parte, adelantó que para octubre próximo realizarán otro encuentro abierto a la comunidad, con recorrida a plantaciones, viveros y empresas, “ya que entendemos que puede ser que hagamos muy bien nuestra actividad pero la comunidad desconoce de la misma. Dicen que la información que no se tiene se transforma en información negativa, ya que otros intereses ocupan ese espacio. Lo mejor para nuestro sector es abrirse a la comunidad de manera adecuada, veraz y responsable”, precisó.
Al respecto, Vogel agregó que esta modalidad ya la practican en el caso de su empresa (Evasa), localizada en la zona de San Miguel, Concepción y Chavarría –con plantaciones en la zona de los Esteros del Iberá- ya han realizado unos seis encuentros de tranqueras abiertas, convocando a vecinos, ong`s, parroquias, municipalidades, escuelas, para dar a conocer su actividad y cómo operan en la zona de alta sensibilidad social. “Nosotros contamos lo que hacemos y cuáles son nuestros objetivos. La gente de esta manera reconoce a los trabajadores como parte de la comunidad y se siente reconfortada con la apertura de la empresa”, aseveró.
Para las empresas del CFCN, una de las prioridades para la actividad forestal es mejorar la comunicación con la sociedad. “Desde Evasa estamos decididos a responder esta demanda, pero no solo con nuestra empresa sino con todas las del Consorcio”, indicó Vogel.
El programa de la jornada técnica se concentró en los desafíos para las empresas forestales de la región NEA, vinculados a la Responsabilidad Social, aspectos laborales de la actividad (Alejandra Balanda), Sustentabilidad y Biodiversidad (Raúl Pezzutti y Silvana Caldato) y sobre gestión de agroquímicos en los esquemas forestales (Marcelo Rolón).
“Hoy estamos hablando en las empresas de nuevos desafíos, que decidimos compartirlo en esta jornada con la comunidad, ya que van más allá de la actividad forestal o industrial. Hoy estamos hablando de RSE, la gestión de agroquímicos, incorporando el concepto de sustentabilidad ya que son cuestiones que las empresas del Consorcio vienen incorporando voluntariamente desde hace mucho tiempo, pero al no salir a comunicar y dar a conocer, la comunidad no tiene forma de saberlo. Por lo tanto, teniendo fortalezas ambientales, económicas y sociales, entendemos que desde el sector tenemos que dar a conocer, abrirnos más a la comunidad”, concluyó el presidente del Consorcio Forestal.
Además de las charlas técnicas, para cerrar la jornada realizaron una demostración de todo lo que implica la cadena de valor de la foresto-industria, desde semillas, plantines clonados, sustratos, rollos finos y gruesos de eucaliptos, postes, varas, rodrigones, papel kraft, embalajes y pallets. “Entre las empresas del consorcio se generan más de 8.500 puestos de trabajo en forma directa, con un efecto multiplicador en forma indirecta”, precisaron en el encuentro.
Historia, evolución y desafíos
Por su parte, el coordinador del CFCN, Fernando Degiorgi, expuso las actividades que realizan y los avances logrados por las empresas socias en estos 30 años. En 1984, respondiendo a una iniciativa de los ingenieros Santiago Lacorte y Jorge Fahler, formaron el Consorcio Forestal con el objetivo “de poner sus experiencias, sus proyectos, sus prácticas productivas, en un espacio donde se estudien y analicen críticamente los problemas y proponen soluciones a fin de mejorar el funcionamiento de sus forestaciones”.
Al respecto, Degiorgi destacó que “hoy, las empresas continúan reuniéndose y mantienen el mismo objetivo”, dijo.
En principio, fue conformado por ocho empresas con una superficie forestal de 50 mil hectáreas. “En la actualidad, este espacio fue creciendo en toda la cadena de valor, hoy es integrado por un grupo de 17 empresas (viveros, forestales, foresto industriales y de servicios) con una superficie de 370 mil hectáreas plantadas. Las firmas que siguen intercambiando mensualmente conocimientos e inquietudes son: Desarrollo Maderero (Paraguay, Grupo Pomera); de Misiones, Alto Paraná SA (Arauco), Papel Misionero, Puerto Laharrague y Lipsia SA; y de las radicadas en Corrientes, Forestal Las Marías, Forestadora Tapebicuá, Bosques del Plata SA (CMPC), Garruchos (Grupo Pomera), Forestal Argentina (Masisa), Fiplasto Forestal, Garabí Forestal, Empresas Verdes Argentina (Evasa), Zeni& Cia, Los Mogotes, GMF Latinoamericana y UBS”, detalló el coordinador.
Por otra parte, uno de los promotores de la creación del Consorcio, Jorge Fahler, se refirió al nuevo aniversario y expresó: “No son muchos los casos en los cuales perduran las experiencias. Desde aquellos años 80, cuando se advertía que había que hacer algo diferente por la impronta de la actividad en relación a las tecnologías disponibles -y contando con el aval del INTA y de la experiencia de los grupos CREA- nos animamos a encarar con Santiago Lacorte una «oferta» de puesta en marcha de muchas experiencias disponibles”, precisó.
“De repente, y en aquellos años, disponíamos de cerca de 100 mil hectáreas bajo el trabajo conjunto de empresas y productores. Hubo avances importantes, difusión de prácticas y aplicación de técnicas innovadoras. También intercambios en otras latitudes. De hecho se produjo una reconversión de los materiales genéticos, se comprendió la necesidad de medir, analizar y avaluar desde un plano más matemático a las variables de la silvicultura y se incursionó definitivamente en el área industrial”, recalcó el profesional.
“Paralelamente, la buena visión de la educación permitió -con el empuje de Don Pablo Navajas y el apoyo incondicional de Las Marías- consolidar la orientación forestal en el marco del Instituto Agrotécnico y prontamente comenzar las gestiones para lograr el apoyo de la GTZ para actuar en el mismo concepto, lo que permitió generar una escuela de calidad de la cual se han nutrido las empresas de la región”, analizó Fahler.
Sustentabilidad productiva
La influencia directa del Consorcio se refleja en el manejo forestal que adoptaron las empresas de la región. Algunos conceptos que se modificaron con las primeras reuniones estuvieron relacionados a la densidad de plantación, “en los planes de los 80 se debían plantar 2500 pl/ha, cuyo objetivo era la madera pulpable pero que rápidamente no pudimos vender por el flete que teníamos”, explicó Degiorgi.
Sobre el marco de plantación, rápidamente pasaron a los 4 metros entre líneos para poder mecanizar las operaciones y no lastimar los arboles chicos; pasaron a la utilización de plantines con genética conocida de semilleros de INTA o del exterior pero con reconocida calidad en forma.
A principio de los 90, la alemana GTZ comienza el convenio con IAVNC; después Forestadora Tapebicuá (FT), Forestal Las Marías y Garruchos instalan sus industrias; se crea Consorcio Manejo del Fuego; Bosques del Bosques del Plata introduce un concepto nuevo de vivero con bandejas de plástico y utilización de sustrato de cáscara de pino; el INTA Concordia obtiene las primeras semillas de sus huertos de Eucalipto grandis seleccionados por forma; se empieza a trabajar en el control de la hormiga minera (Atta) y de la avispa del pino (Sirex); Tapebicuá comienza a seleccionar los primeros eucaliptos para estudiarlos comenzar con trabajar en los primeros clones, entre otros avances.
Otro significativo avance estuvo relacionado a los criterios ambientales adoptados por las empresas forestales, principalmente en Corrientes, ya que a los 20 años del Consorcio, varias empresas logran certificar FSC (Forestadora Tapebicuá, Las Marías y Garruchos, seguidas por Lipsia, Zeni, Evasa, Forestal Argentina, GMF Latinoamericana, Desarrollo Maderero); se empieza a plantar sobre turnos de rotación (2º ciclo); Tapebicuá ya tiene plantaciones clonales de eucalipto; las plantaciones sobre taipas y camellones se afianzan y muestran su potencial en suelos arenosos y malezales; cada día ganaba más superficie el Pino Híbrido; ingresan los equipos de cosecha mecanizada, y comienza el recambio generacional en el CFCN.



