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Investigadores universitarios explican que los estándares exigidos por la comunidad internacional en la actualidad, no permite márgenes para emitir efluentes con altos porcentajes de cloro como se plantea con las empresas de Fray Bentos.
Fuente: Infobae
BUENOS AIRES (7/5/2006).- No todos los expertos coinciden en que la instalación de las plantas de celulosa en la ciudad uruguaya de Fray Bentos contaminará la cuenca del río Uruguay. El presidente del prestigioso Instituto de Tecnología Industrial de la Argentina (INTI), Enrique Martínez, sostiene que «las nuevas tecnologías, como las que se implementarán en Fray Bentos, hacen que las plantas de celulosa no contaminen con cloro o que el que emite sea despreciable». Otra de las voces experimentadas que coinciden en que las papeleras no contaminarán, es la ingeniera química y Master en Ciencias Aplicadas de la Pulpa y del Papel, de la Universidad Nacional de Misiones, María Area, que en una entrevista con la revista Veintitrés también defiende las nuevas técnicas: «La tecnología disponible (permite) que la contaminación que producen las plantas sea más que aceptable». Mario Feliz, docente investigador de la Universidad de La Plata también descarta un problema de magnitud en la instalación de las plantas frente a la ciudad argentina de Gualeguaychú. El científico critica la «forma en la que se enfrentó el conflicto» y dice que «analizamos el mundo real desde el ‘ideísmo’ de la filosofía adquirida en la humedad del café». «Los productores, alrededor del mundo, han gastado billones de dólares en la adopción de nuevas tecnologías y en el desarrollo de innovaciones locales para cumplir con las demandas, expectativas y regulaciones ambientales». Para Alberto Vénica, de la Universidad de San Martín, uno de los puntos centrales de esta controversia se centra en la aplicación de los regímenes que controlan la instalación de diferentes emprendimientos en el Mundo. «El Banco Mundial, que financia este proyecto, establece requisitos más exigentes que la legislación argentina, que por ejemplo, no tiene un límite para el volcado de efluentes», comenta el investigador universitario. El titular del INTI manifiesta que «la experiencia mundial demuestra que el cloro emitido por las plantas va a ser tan pequeño que es despreciable en cuanto a su impacto en el medio ambiente».