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Presentaron ante La Haya la demanda contra Uruguay por las papeleras

Conflicto ambiental por inversiones de Botnia y ENCE

Fue ayer a las seis de la tarde –las 13 en Buenos Aires– cuando la Argentina presentó su demanda contra Uruguay “por la construcción unilateral e ilícita, sin consulta e información previa”, de las dos controvertidas papeleras de Fray Bentos (frente a Gualeguaychú). En opinión de la Argentina, con esa acción se violó el tratado bilateral sobre el río Uruguay.

Fuente: La Nación

LA HAYA.(5/5/2006)– Desde sus 80 metros de alto, la imponente Torre del Reloj del Palacio de las Naciones, sede de la Corte Internacional de Justicia, marcaba ayer las seis de la tarde –las 13 en Buenos Aires– cuando la Argentina presentó su demanda contra Uruguay “por la construcción unilateral e ilícita, sin consulta e información previa”, de las dos controvertidas papeleras de Fray Bentos (frente a Gualeguaychú). En opinión de la Argentina, con esa acción se violó el tratado bilateral sobre el río Uruguay. En su primera presentación de la historia como Estado demandante ante este tribunal, que es el órgano judicial principal de las Naciones Unidas, la Argentina también pidió como medida cautelar «urgente» la suspensión de la construcción de estas obras, que «atentan contra la preservación del medio ambiente del río Uruguay y su zona de influencia», así como contra «la salud de sus habitantes». El contenido de la presentación de la demanda, que recuerda paso por paso cómo a partir de octubre de 2003 Uruguay fue incumpliendo los requisitos del Estatuto del Río Uruguay -que prevé un mecanismo de consulta e información previa- y fue desoyendo reiterados pedidos de la Argentina para solucionar bilateralmente el asunto, será transmitido por la Corte al vecino Uruguay probablemente el lunes, ya que hoy aquí es feriado. «Esperemos a ver qué contesta Uruguay», dijo a LA NACION la embajadora Susana Ruiz Cerutti, que con su colega Horacio Basabe y Santos Goñi Marenco -representante diplomático argentino en los Países Bajos- dejó dos pesadas carpetas negras con todo el material en uno de los salones del fabuloso Palacio de las Naciones. En una verdadera maratón, Ruiz Cerutti, Basabe y Goñi Marenco -«agentes» designados por el Gobierno para manejar el diferendo- habían bajado de un avión pocas horas antes para volver a subirse poco después, en una jornada frenética. Antes de emprender el regreso a Buenos Aires, una serena embajadora Ruiz Cerutti aseguró a LA NACION que la presentación de la demanda no significa ni una escalada ni un agravamiento del conflicto, como tampoco una ruptura del diálogo. «El diálogo no se cerró nunca. Lo que no se pudo es llegar a una solución por vía de la negociación directa. Pero utilizar un instrumento de solución pacífica de la controversia de la categoría y de la importancia de esta Corte no me parece que sea algo que vaya a agravar una relación bilateral. Estamos poniendo en función un mecanismo que los dos países acordamos», opinó. Ruiz Cerutti contó que la presentación del caso fue una sucinta relación de los hechos. «Las cosas fueron presentadas en una estructura sencilla, porque los temas se van a desarrollar en etapas ulteriores», dijo, al consignar que fue el secretario de la Corte, el belga Philippe Couvrier, quien recibió el material. La reunión duró menos de una hora y fue muy cordial. Se habló español porque Couvrier quiso aprovechar la ocasión para practicarlo. No se tocó la cuestión de la contienda; se habló de los aspectos procesales. En cuanto a la parte cautelar, Ruiz Cerutti explicó que habrá plazos «relativamente breves porque como son medidas urgentes la Corte les da una prioridad total». Sin embargo, estiman que no habrá decisión hasta antes del receso del verano, a fines de julio. La cuestión de fondo, en cambio, vaticinó la diplomática, tiene tiempos mucho más largos «no porque el tribunal sea lento», sino porque habrá sucesivas presentaciones escritas. Podrían pasar años antes que de que haya una sentencia definitiva. Por Elisabetta Piqué .Enviada especial

Fuente: La Nación

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