El cambio climático afecta a insectos que se alimentan de larvas |
El cambio climático y los eventos meteorológicos extremos asociados, como los huracanes, han provocado una perturbación en la capacidad de ciertos insectos para alimentarse de larvas de orugas, lo que ha provocado extensas y dañinas invasiones de estos insectos en el continente americano, desde el sur de Canadá hasta Brasil.
Fuente: El Crónica de Hoy
MEXICO (17/11/2005).- El cambio climático y los eventos meteorológicos extremos asociados, como los huracanes, han provocado una perturbación en la capacidad de ciertos insectos para alimentarse de larvas de orugas, lo que ha provocado extensas y dañinas invasiones de estos insectos en el continente americano, desde el sur de Canadá hasta Brasil. Bosques, selvas, pero también zonas urbanas, han registrado el impacto de las variaciones climáticas, algunas por eliminación de parásitos, otros por cambios en las áreas de distribución, afirman científicos de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleáns. “Muchas plantas y animales tienen una fuerte dependencia a variaciones ambientales, y los impredecibles cambios registrados con el calentamiento global amenazan influir adversamente la conducta de estos organismos”, explican en un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences de EU. En síntesis, lo que ocurre es que algunos parásitos se alimentan de las larvas de las orugas. Por efecto del calentamiento global, disminuyen drásticamente las poblaciones de tales parásitos, lo que provoca que el número de orugas sobrevivientes crezca de manera extraordinaria. Las orugas se alimentan de cortezas y hojas de árboles y plantas, y en algunas áreas, los brotes causan extensos daños en áreas boscosas donde el número habitual de las orugas es mucho menor. Los científicos recolectaron muestras de parásitos de 15 áreas de estudios de orugas desde el sur de Canadá hasta Brasil, incluidas reservas ecológicas de Estados Unidos, Costa Rica, Panamá y Ecuador. Encontraron que aquellos insectos que hacen parasitismo en las poblaciones de orugas, especialmente avispas y moscas, disminuyeron de forma considerable en correlación con el aumento de temperatura y variaciones bruscas, como las fuertes lluvias. El parasitismo entre insectos juega un importante papel en el control de la población, y en general, evita que se conviertan en una plaga para el propio ecosistema, al disminuir el impacto de las orugas en las plantas. En varias regiones de Centroamérica, las orugas han invadido extensas áreas de plantaciones y reservas forestales, incluso en zonas donde algunas especies de orugas (y mariposas) no se había registrado. Es el caso de la ciudad de México, donde una mariposa, la Priamides pharnases, abundante en al menos 25 estados de la República, colonizó desde hace dos años la zona metropolitana, a pesar de que la planta de alimentación ha existido aquí siempre, explicó Armando Luis Martínez, coordinador del Museo de Zoología de la Facultad de Ciencias de la UNAM. “Los veranos son más calientes y los inviernos menos severos, lo que explica estos cambios en la zona de distribución de este insecto, muy frecuente en Nayarit, aunque es difícil el tipo de estudios de población de insectos, porque varía mes con mes y año con año, y los patrones de expansión son identificables cuando aparecen en zonas nuevas, pero saber cómo se distribuyen y cuánta población hay, es más complicado”, explicó. * Causas Al calentarse la Tierra, los parásitos que se alimentan de las larvas de las orugas mueren, lo que provoca que el número de éstos insectos crezcan de manera extraordinaria. * Invasora En México la Priamides pharnases es el mejor ejemplo de ésta expansión, ya que en los dos últimos años colonizó la zona metropolitana donde no existía, a pesar de que la planta de la que se alimenta se desarrolla en este ambiente