Rentabilidad del negocio forestal |
El Ing. Ernesto Crechi, del INTA Montecarlo, expuso en el marco de las Jornadas Técnicas de Eldorado un análisis de los resultados logrados de un ensayo realizado sobre los efectos de raleo en una plantación de pino taeda L. en el Noreste de Misiones; y compartió con los asistentes un interesante cálculo sobre los ingresos que puede obtener un productor al seguir las distintas opciones de intervención en la plantación.
Fuente: Revista ArgentinaForestal.com (Número 13)
MISIONES(3/12/2004).- El ingeniero Ernesto Crechi, expuso un trabajo para evaluar “Efecto de la intensidad y oportunidad de raleo en una plantación de Pinus taeda L. origen Columbia, sobre la producción de madera en el Noreste de Misiones”. El mismo fue realizado conjuntamente con los ingenieros, Hugo Fassola, Moscovich y Roberto Fernández – investigadores del INTA EEA Montecarlo-; el Ing. Ramón Friedl (jefe del Área Planeamiento Forestal de Alto Paraná SA); y el Ing. Jorge Fahler (gerente Forestal de Lipsia SA). Crechi presentó los resultados del ensayo, y finalizó su exposición con un interesante cálculo sobre los ingresos que puede tener el productor al seguir las distintas opciones de intervención en la plantación. negrita/De qué depende tener más madera?/negrita El crecimiento y la producción de un rodal proveniente de un determinado material genético están fuertemente determinados por cuatro factores: 1. la edad del rodal; 2. la capacidad productiva del terreno (calidad de sitio); 3. el grado en el cual esa capacidad productiva innata es utilizada (densidad); 4. los tratamientos culturales aplicados (raleo, poda, fertilización, control de malezas, etcétera.). Hay teorías, en relación al crecimiento y producción forestal, que enuncian que en un rodal forestal sin raleo, la producción bruta por unidad de área, a largo plazo, es aproximadamente igual a la producción total que sería obtenida por el valor acumulado de las producciones intermedias (raleos); sumadas a la producción obtenida en la corta final, si el mismo hubiera sido sometido a un régimen de raleos. Esta teoría se basa en que el medio ambiente puede soportar una determinada biomasa con una determinada superficie foliar por hectárea. Otros teorías afirman que las áreas manejadas con raleos pesados producen menos volumen que con raleos suaves, aún cuando los pesados proporcionan mayor crecimiento en área basal, porque, en estos casos los árboles tienen menor altura y mayor conicidad. Estos mismos autores observaron que los árboles remanentes aumentaban rápidamente su incremento, debido al mejor aprovechamiento de los factores ambientales, a lo que llamaron efecto de la aceleración del crecimiento, siendo este hecho, dependiente de la época de aplicación del raleo y de su intensidad. Los raleos realizados en la fase juvenil, o sea, antes del punto culminante del incremento corriente en volumen, producían una mayor reacción de crecimiento, porque a partir de este punto el incremento pasa a tener tasas decrecientes. Actualmente las empresas forestales del Norte de la Provincia de Misiones, en términos de densidad, están plantando entre 1.111 y 1.600 plantas por hectárea, lográndose así una situación de equilibrio entre sobrevivencia, crecimiento y control de malezas. La poda y el raleo son las prácticas silvícolas que, oportuna y adecuadamente realizadas, condicionan en gran medida la calidad y cantidad de los productos a obtener de una masa boscosa, en definitiva su rentabilidad. De todas maneras, para los profesionales aún no está claro cual es la densidad óptima en el tiempo para el logro del máximo incremento volumétrico en función de un objetivo de producción. Bajas intensidades de raleo crean, tal vez, la situación ideal para mantener el incremento al máximo, pero se deben aplicar por lo menos una vez al año y esto –obviamente- no es conveniente desde el punto de vista práctico y, además, por ser costoso. Por otro lado, altas intensidades de raleo tal vez sean la solución más económica en términos de reducción del número de raleos, para alcanzar una densidad final, pero como hay un límite en la respuesta de los árboles, al mayor espacio de crecimiento habrá una inevitable pérdida de volumen. Entre ambas situaciones extremas, debe estar el volumen óptimo que debe ser extraído en cada raleo. subtitulo/Características del ensayo/subtitulo Se trata de un experimento que fue instalado en 1992, en Wanda (Iguazú, Misiones), en una plantación de Pinus taeda origen Columbia, de 5 años de edad, con un espaciamiento de plantación de 2,4 m x 2,4 m (1736 pl/ha). Los tratamientos de intensidad de raleo fueron definidos por el área basal, y caracterizados en: T0 sin raleo (testigo) , T1 raleo del 33% y T2 raleo del 66% del área basal del testigo. Los 3 tratamientos de oportunidad fueron definidos como F1 (periodicidad cada 2 años), F2 (cada 4 años) y F3 (cada 6 años). En términos prácticos las intensidades y frecuencias cubren varias situaciones, por ejemplo: T1F1 Extracciones medias y frecuentes, ideal pero costoso. T1F3 Extracciones medias a largo plazo, económico pero resultaría en pérdidas de incrementos y en rotaciones muy largas para producir toras de gran diámetro. T2F1 Extracciones fuertes y frecuentes. T2F3 Extracciones fuertes a largo plazo. subtitulo/Resultados y conclusiones/subtitulo Se observaron diferencias significativas entre los tratamientos para las producciones totales por hectárea a los 17 años. Las tendencias en el crecimiento en diámetro, área basal y volumen total y parcial a 30 cm en punta fina por hectárea para diferentes intensidades y oportunidades de raleo evaluados, demuestran que para objetivos de producción diferentes se debe variar la intensidad de raleo, la cual también influyó sobre la producción total. Para las condiciones ecológicas del ensayo, el área basal máxima promedio observada fue de 54 m2/ha, dicho valor fue alcanzado por el testigo a la edad de 11 años y se mantiene relativamente constante a los 17 años. No se observaron diferencias significativas en los incrementos verificados en volumen total (calculados como las existencias a los 17 años más los correspondientes al retirado en los raleos) entre el testigo (T0) y los raleados al 33% (T1). Por otro lado, estos sí mostraron diferencias significativas con los raleados al 66% (T2). Con respecto a la intensidad se puede decir que dentro de una amplia gama de regímenes de manejo (T0, T1F1, T1F2 Y T1F3), el volumen total producido en una plantación es finalmente el mismo (no es afectado por el grado de intervención). El manejo forestal a través de los raleos, establece meramente como y cuando este volumen debe ser producido. Es importante resaltar que el tratamiento T1 posee un 50 por ciento meno de árboles que el testigo. Si el volumen total alcanzado con 500 árboles/ha se igualó estadísticamente al otro de 1026, es evidente que en aquel tratamiento el incremento por árbol fue mayor, formando madera de mayor tamaño en menor período de tiempo. La aplicación de raleos, puede en función de su peso (intensidad), causar la disminución de la producción total, pero contribuyen a aumentar la producción volumétrica de madera gruesa. Para los volúmenes a diferentes diámetros en punta fina (en este análisis se presenta hasta 30 y 40 cm), los tratamientos con intensidades de raleo fuertes (66%) se diferenciaron significativamente y cada vez más en relación al testigo y a los demás tratamientos, cuanto mayor fue el diámetro en punta fina considerado, siendo esta producción inversamente proporcional a la oportunidad. El aumento de la intensidad de raleo, trajo como es esperado, el aumento del diámetro medio del tratamiento. La intensidad ideal de raleo va a depender principalmente de la finalidad de la madera a ser producida. Si la intención es producir el máximo de volumen sin exigencias de calidad y dimensiones de la madera, deben ser hechos raleos más suaves (T1) ó dejar de hacerlos (T0), a partir del momento que se plante con un espaciamiento inicial adecuado o que se establezcan rotaciones mas cortas (cortar antes o que el rodal llegue a su estancamiento). Cuando, sin embargo, además de la producción en volumen, se desea obtener madera de mayores diámetros (cuando el objetivo es producir madera para aserrado, laminado, etc.), debemos promover raleos un poco mas fuertes (T2), teniendo siempre el cuidado de mantener un perfecto equilibrio entre la calidad de la madera, el volumen producido y la capacidad de uso de la tierra (evitando que el terreno sea mal aprovechado debido a reducciones muy fuertes del número de árboles). La no aplicación de raleos (T0) ó de raleos muy tardíos, debe ser empleado con cautela, ya que el exceso de competencia lateral entre los árboles de una plantación, trae como consecuencia el aumento de la relación h/d (altura/diámetro), acompañada de reducción excesiva del área de copa y del stress, aumentando la inestabilidad de la forestación. negrita/NUMEROS FINALES/negrita Una interesante estimación de cálculos económicos realizó el expositor como cierre, tomando cifras medias de una plantación ideal, considerándola como si estuviera a unos 40 kilómetros de una industria; y tuviera un costo de elaboración de madera puesta sobre camión destino raleo de 13 pesos por tonelada, y si fuera una tala rasa de 10 pesos por tonelada. Crechi, tomando cifras promedios de precio de madera vigentes en la actualidad en el norte de Misiones, concluye que “si la conducción hubiera sido efectuada con raleos fuertes, la ganancia total sería de 33.000 pesos por hectárea. Si en cambio hubiera sido hecha con raleos suaves, la ganancia total sería de 25.000 pesos por hectáreas. Y si no se hubieran hecho, la ganancia total sería de 20.000 pesos por hectáreas”.“Esto demuestra la importancia de una buena conducción, dependiendo siempre de la finalidad que cada productor quiere para su producción”.