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COP30 | “La crisis climática es una crisis de salud pública”, alerta el jefe de ONU Cambio Climático en Belém

El secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, advirtió que el calentamiento global ya está afectando directamente la salud de millones de personas y pidió acelerar la financiación y la adaptación del sector sanitario. Lo hizo durante la reunión ministerial sobre salud y cambio climático realizada este 13 de noviembre en Belém, en el marco de la COP30.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

 

BRASIL (13/11/2025).- En el corazón de la Amazonia, donde la estrecha relación entre la salud humana y la salud del planeta se vuelve evidente en cada rincón, Simon Stiell lanzó un llamado urgente. “La crisis climática es también una crisis de salud pública”, afirmó el máximo responsable de ONU Cambio Climático, al abrir la reunión ministerial dedicada al vínculo entre salud y clima.

Stiell subrayó que los impactos del calentamiento global ya se traducen en vidas perdidas y sistemas sanitarios desbordados. “El aumento de las temperaturas, las inundaciones, las sequías y las tormentas se cobran vidas, alimentan las enfermedades y la desnutrición, y ejercen una enorme presión sobre los sistemas de salud”, señaló.

Citó además el informe Lancet Countdown, que reporta un incremento del 23% en las muertes relacionadas con el calor desde la década de 1990, superando actualmente las 500.000 muertes al año.

El funcionario de la onu destacó que niños, personas mayores y quienes ya padecen problemas de salud “son quienes están pagando el precio más alto del calentamiento global”. Y recordó que las estadísticas representan “familias, comunidades y futuros en riesgo”.

Todas las medidas que reduzcan emisiones, fortalezcan la resiliencia o protejan los ecosistemas, añadió, deben ser entendidas también como intervenciones de salud pública. “Aire y agua más limpia, sistemas alimentarios sostenibles e infraestructuras resilientes significan comunidades más saludables y una vida mejor: un triple beneficio para la salud humana, la economía y el clima”, afirmó.

Avances, pero todavía insuficientes

Stiell reconoció progresos: más del 90% de los planes nacionales sobre cambio climático ya incorporan consideraciones sanitarias, y todos los planes de adaptación presentados desde 2024 contemplan riesgos como el estrés térmico, la contaminación atmosférica o las enfermedades infecciosas.

Sin embargo, advirtió que “los retos siguen siendo enormes”. La falta de personal capacitado, infraestructuras frágiles y sistemas de vigilancia insuficientes dificultan que los países respondan con eficacia. “Es desgarrador ver cómo los supertifones y las inundaciones repentinas arrasan hospitales y clínicas locales”, lamentó.

En su discurso, celebró la presentación del Plan de Acción de Belém para la Salud, liderado por Brasil y la Organización Mundial de la Salud (OMS), como “un paso fundamental” para integrar adaptación, equidad y justicia climática. “El plan nos da un modelo. Lo que necesitamos ahora es acción sostenida, coordinada y bien financiada”, enfatizó.

En ese sentido anunció la creación de una Coalición de Financiadores para el Clima y la Salud, que comprometió una inversión inicial de 300 millones de dólares para implementar soluciones que atiendan tanto las causas como los impactos del cambio climático sobre la salud.

Datos para transformar políticas

ONU Cambio Climático también lanzó una nueva colaboración con el Wellcome Trust, destinada a fortalecer la base científica de las políticas climáticas mediante datos de salud. El énfasis estará en calor extremo, contaminación del aire, enfermedades infecciosas, salud mental e inseguridad alimentaria.

“Solo podremos ganar esta lucha climática global si conectamos las acciones climáticas con las prioridades reales de las personas en su vida cotidiana. Y pocas prioridades son más importantes que nuestra salud”, concluyó Stiell.

 

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